Cuixart amenaza con «volver a hacerlo» y rechaza los indultos

Cuixart es el único de los nueve presos del 'procés' que no forma parte de un partido político, por lo que podría decirse que va por libre, más allá de que sigue siendo presidente de Òmnium, entidad privada con 185.000 socios. Y es el único que se opone al indulto, aunque tendrá que acatarlo y admite que puede suponer un avance al «mitigar el dolor» de los compañeros en prisión. El presidente de Òmnium rechaza las medidas de gracia desde una posición casi de mártir, ya que afirma que no entró en la cárcel para salir de ella, sino para luchar por la autodeterminación.

El informe del Supremo puso el acento para rechazar los indultos en que no aprecia ninguna prueba o indicio de arrepentimiento por parte de los condenados. «La mejor expresión de las razones por las que el indulto se presenta como una solución inaceptable» para el alto tribunal es la ya célebre frase de Cuixart de «ho tornarem a fer», «bien expresiva de su voluntad de reincidir en el ataque a los pilares de la convivencia democrática», según el Supremo.

El presidente de Òmnium reiteró, como ya hizo en el juicio y en el informe que presentó ante el Supremo, que todo lo que protagonizó lo volvería a hacer porque no cometió ningún delito. Repetiría, por tanto, lo que él considera como movilizaciones no violentas y ejercicios de desobediencia civil en defensa de la democracia y el derecho a la autodeterminación, tanto el 1-O de 2017, en que llamó a la movilización al referéndum ilegal, como la convocatoria del 20-S de 2017 frente a la Consejería de Economía.

El dirigente nacionalista ha protagonizado esta semana una imagen hasta la fecha inédita –un abrazo con Miquel Iceta en la toma de posesión de Pere Aragonès en el Palau de la Generalitat– que ha generado controversia, ha disparado las especulaciones y a Cuixart le han llovido críticas desde los sectores más irredentos del independentismo, que le acusan de haberse rendido ante el Gobierno. Este viernes reconoció que no fue un gesto solo de cortesía, entre dos personas que se conocen desde hace tiempo y que se ven cuatro años después, sino que había un mensaje político, a favor del diálogo y el reencuentro. «El odio y el rencor no son una posibilidad», dijo.

Cuixart, en cualquier caso, no cree que tenga que agradecerle nada al presidente del Gobierno. Sus palabras no se lo ponen fácil al presidente del Ejecutivo central, al que atacan, entre otras razones, porque se plantea indultar a quien ni siquiera lo desea.

El Govern, en cambio, celebró que Pedro Sánchez se haya mostrado partidario de indultar a los líderes secesionistas. «Nos está llegando que el Gobierno quiere adoptar una visión estadista de resolución del conflicto», afirmó en Catalunya Ràdio la nueva consejera de Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrá.

El nuevo Ejecutivo catalán calificaría de «gran noticia» para Cataluña la concesión de los indultos y anima al Gobierno a no ceder ante las presiones de las formaciones de la derecha y de algunos de los barones socialistas. Eso sí, insiste en que la solución al conflicto pasa por la amnistía y la autodeterminación. «Todo el mundo ha de moverse», afirmó, hay «ganas de abrir una nueva etapa», remató. Aragonès tiene previsto reclamarle en breve una reunión a Sánchez, que sirva de previa de la reanudación de la mesa de diálogo.