La Universidad Complutense de Madrid (UCM) habla por primera vez claro sobre el software diseñado en el seno de la cátedra extraordinaria de Begoña Gómez y cuyo dominio en internet acabó siendo registrado a su nombre, lo que le ha costado a la mujer de ... Pedro Sánchez una nueva imputación por apropiación indebida. La UCM, por primera vez, desmiente la versión de la esposa del presidente de que todo el proceso de registro se hizo por indicación de la universidad y asegura que el alta de esa herramienta a nombre de la investigada se hizo a espaldas del centro.
Publicidad
La denuncia de la UCM por la maniobra de Gómez consta en el acta de la reunión de la Comisión Mixta de Seguimiento de la Cátedra Extraordinaria para la Transformación Social Competitiva (TSC) que se celebró el pasado 28 de octubre y en la que la Complutense decidió la «extinción y liquidación» de esta enseñanza que codirigía la esposa de Sánchez desde 2020. En ese documento, más allá de la supuesta apropiación de la herramienta informática que ya investiga el juez Juan Carlos Peinado, también se recoge que la universidad denunció otras varias irregularidades en la gestión de la ya desaparecida cátedra.
Con respecto al software, en ese encuentro, según el documento al que ha tenido acceso este periódico y que acaba de incorporarse al sumario del Juzgado de Instrucción 41 de Madrid, intervino expresamente el vicerrector de Tecnología y Sostenibilidad, Jorge Jesús Gómez Sanz, el máximo responsable del centro en temas de servicios informáticos, para certificar que «no consta» la «vinculación de la UCM a través de sus órganos competentes, con los dominios transformatsc.com, transformatsc.es y transformmatsc.org», que fueron los que dio de alta Gómez a su nombre, según consta también en el sumario, y que fueron donde se alojó el famoso software para Pymes.
De acuerdo con el Vicerrectorado de Tecnología, esos dominios no ha sido «nunca» de titularidad de la UCM «ni han sido reservados por la universidad a través del procedimiento administrativo empleado por los servicios informáticos de la universidad» ni de sus diferentes organismos competentes.
Publicidad
En esa reunión, a la que estaba convocada la esposa de Sánchez pero que no asistió, el vicerrector de Tecnología exigió a José Manuel Ruano, codirector de la cátedra, y a y a la propia Gómez la «entrega» a la UCM «en el estado en que se encuentre, de toda la documentación, programa, plataforma tecnológica, software o ingenio susceptible de propiedad intelectual o industrial que en cualquier soporte haya sido diseñado o puesto en marcha con los recursos de la Cátedra Extraordinaria para la Transformación Social Competitiva».
El máximo responsable tecnológico del centro, que llegó a embarcarse en una bronca con Ruano, insistió en varias ocasiones en ese encuentro en el que se certificó el fin de la polémica cátedra de la mujer de Sánchez que «no consta en la universidad copias del programa o del software que tenía que haberse desarrollado en el marco de la cátedra». Y ante las alegaciones que de Ruano de que no hubo apropiación indebida porque la inscripción del dominio se «sufragó por las personas que componen esta cátedra», el vicerrector le recordó que en ningún caso Begoña Gómez o su equipo hizo una «cesión de los derechos oficiales de los dominios» a favor de la UCM. Y todo ello- abundó- cuando la creación de aquellos dominios «no había sido solicitada por la UCM ni estos pertenecían por título a la universidad».
Publicidad
Más allá de la polémica del software, el acta del 28 de octubre revela que detrás de la decisión de la Complutense de cerrar la cátedra hay otras supuestas irregularidades, entre ellas, y particularmente, la negativa de los directores de esta enseñanza a cumplir con el «deber formal de presentación de las memorias de las actividades de los últimos cursos académicos» y no haber hecho públicas las «memorias económicas de los últimos ejercicios», según denunció en ese cónclave José María Coello de Portugal, vicerrector de Planificación y presidente de la comisión mixta de la cátedra de Gómez.
En esa línea, la propia gerente general de la universidad, Ana Catalejo Martín, reveló en esa reunión que tanto Begoña Gómez como José Manuel Ruano habían hecho oídos sordos a los «requerimientos de información» de tipo económico que se les venían haciendo desde el 12 de junio de 2024.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.