Así fue 2023

Clamor popular contra la amnistía y por la igualdad

El 24 de septiembre, dos días antes de la fallida investidura de Alberto Núñez Feijóo, el PP convocó en Madrid a una multitud en una demostración de fuerza contra la hoja de ruta del líder socialista para retener el poder a cambio de ceder ante los independentistas, «una cacicada» y una «aberración inconstitucional», en palabras de los líderes asistentes. Fue la primera de una serie de masivas concentraciones que con el mismo objetivo, y convocadas bien por el PP o bien por otras organizaciones de la sociedad civil, se celebraron a lo largo y ancho de España: el 8 de octubre, en Barcelona; el 12 de noviembre, en todas las capitales españolas y con dos millones de personas en las calles, según la organización; y de nuevo en Madrid el 18 de noviembre y el 3 de diciembre. Se desarrollaron todas de forma pacífica y sin incidentes, y con un mismo patrón: las acusaciones contra Pedro Sánchez, en ocasiones insultantes, y las peticiones de que Carles Puigdemont acabe entre rejas.

Pero el pacto del presidente con Junts y ERC para exonerar a un prófugo de la Justicia y al resto de responsables de la intentona separatista de 2017 también provocó la furia de los sectores más ultras de la derecha. Desde el 3 de noviembre, los radicales realizaron diariamente reuniones no comunicadas frente a la sede nacional del PSOE en la madrileña calle Ferraz, que tuvo que ser custodiada por las Unidades de Intervención de la Policía. Varias de esas protestas, apoyadas por Vox y de las que el PP se desvinculó, llegaron a reunir algunos días a miles de personas (en torno a 8.000). Y derivaron en ocasiones en batallas campales entre manifestantes enmascarados y antidisturbios donde se mostraron emblemas neonazis y banderas preconstitucionales. Estos actos fueron paulatinamente a menos.