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El «alivio» que ha cundido tanto en las filas de Sumar como en las de Podemos tras el divorcio político que se consumó el martes en el Congreso no ha enterrado el hacha de guerra entre ambas formaciones. Y en la pugna por controlar el ... relato de la ruptura, el calificativo «tránsfuga» lleva días coleando tras la marcha de los cinco diputados morados al Grupo Mixto.
Los de Yolanda Díaz hablan de «deslealtad» y «coherencia» como argumento para pedir que Ione Belarra, Lilith Verstrynge, Javier Sánchez Serna, Noemí Santana y Martina Velarde devuelvan sus actas sin reclamarlo expresamente -como sí han hecho los comunes y Más Madrid- por incumplir el pacto con el que concurrieron juntos a las elecciones del 23-J.
Ejemplos de cambios de grupo en el Congreso no faltan, con la sombra del transfuguismo más corta que larga en función de cada caso. Sin ir más lejos, en la anterior legislatura la representante de Unidas Podemos por Las Palmas Meri Pita abandonó su grupo en la Cámara baja y se integró en el Grupo Mixto por la «deriva orgánica» de la formación morada. Un movimiento que la entonces ministra de Igualdad, Irene Montero, tachó sin ambages de transfuguismo y que se le ha vuelto a Podemos como un bumerán.
También sucedió en 2016, cuando los cuatro diputados de Compromís que se presentaron a las eleciones bajo la marca Compromís-Podemos en la Comunidad Valencianase se integraron en el Grupo Mixto después de que el exlíder morado, Pablo Iglesias, vetase el acuerdo entre los valencianos e IU para tener grupo propio y de que la Mesa del Congreso tumbase la petición por no contar con cinco miembros.
Definir qué es un tránsfuga es una cuestión enrevesada bajo el criterio jurídico, ya que la Constitución española reconoce en el artículo 67 que los diputados «no estarán ligados por mandato imperativo», por lo que no están sujetos a disciplina parlamentaria. Sin embargo, el Pacto Antitransfuguismo de 2020 considera tránsfuga «a la persona electa por una candidatura promovida por una coalición, si abandona, se separa de la disciplina o es expulsada del partido político coaligado que propuso su incorporación en la candidatura, aunque recale en otro partido o espacio de la coalición, sin el consentimiento o tolerancia del partido que originariamente lo propuso».
Representantes locales, autonómicos y estatales que hayan «traicionado» a la formación con la que se presentaron a las elecciones, mantengan su acta y hayan abandonado el partido, hayan sido expulsados o se desvíen del criterio establecido por esta formación política.
Se considera tránsfuga si «traiciona» al partido que propuso su nombre en la lista electoral, aunque recale en otro partido de la coalición.
PSOE, PP –que lo abandonó en 2021–, Unidas Podemos, Ciudadanos, PSC, PNV, IU, BNG, PAR, Foro Asturias y Galicia en Común.
¿Actúa esta descripción para el caso de Podemos? «Sí parece haber transfuguismo en una primera lectura, de acuerdo con la definición recogida en el acuerdo primero», afirma Javier García Roca, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense. «Podemos abandona el grupo parlamentario con Sumar y pasa al Grupo Mixto, separándose de la disciplina del grupo creado por el partido o coalición de partidos en cuya candidatura concurrió a las elecciones», justifica.
Sin embargo, el propio Pacto Antitransfuguismo especifica que, en caso de duda, «será el sujeto político que los ha presentado y/o el partido que los y las propuso (…) quien aclarará por escrito quiénes han abandonado la formación, han sido expulsados o se han apartado de su disciplina, a efectos de su calificación como tránsfugas».Es decir, que en lo que se refiere a Podemos, sus diputados podrían ser declarados tránsfugas si así lo solicita Sumar, que no forma parte del Pacto, pero sí IU como integrante del mismo.
David Delgado, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Rey Juan Carlos añade otro matiz, y es que Sumar se constituyó como «plataforma». «No son tránsfugas poque Sumar es una coalición de partidos, no un partido. En esa confluencia están Más Madrid e IU, estaba Podemos; marcas que no han perdido su personalidad jurídica ni su existencia política por otras», resuelve.
El primer Pacto Antitransfuguismo nació en 1998 y fue actualizado en el año 2000, en 2006 y de nuevo en 2020 para extenderlo al ámbito autonómico. El PP lo abandonó hace dos años tras la operación que truncó la moción de censura contra Fernando López Miras en Murcia impulsada por Ciudadanos, para lo que pactó con tres diputados naranjas su voto en contra.
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