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Ander Azpiroz
Madrid
Viernes, 27 de diciembre 2024, 12:02
Para Alberto Núñez Feijóo el balance político de 2024 no puede haber sido más funesto en lo que al Gobierno se refiere. «Todo un bochorno», resumió en tres palabras. Comenzó con la tramitación de la Ley de la Amnistía, una norma que, dijo, se diseñó ... para librar a los socios de investidura de Pedro Sánchez de los delitos que pesan sobre ellos.
Acto seguido a la amnistía –hoy paralizada en parte por algunos tribunales, entre ellos el Supremo– vino «un día a día en el que la novedad al levantarse por las mañanas era que no saliese a la luz una nueva corruptela del Ejecutivo», dijo Feijóo en relación a las causas judiciales que pesan sobre la esposa y el hermano del jefe del Ejecutivo, a las que se suman la 'trama Koldo' y las supuestas mordidas que el 'conseguidor' Víctor de Aldama asegura haber pagado a miembros del Gobierno, como el exministro José Luis Ábalos o el titular de Política Territorial, Ángel Víctor Torres.
Para 2025 el panorama no pinta nada mejor, según el presidente del PP, que auguró a Sánchez «un año que se va a mover entre los juzgados, viajes a Waterloo y un poco de Franco a cuenta de los 50 años de su muerte», unos escenarios que «los españoles no merecen». «El Gobierno –continuó– puede ofrecer a los ciudadanos escándalos, malas noticias y dolores de cabeza; pero lo que es servir, no les ha servido para nada».
Uno de los puntos en los que más tiempo se detuvo Feijóo fue en los nombramientos de los responsables de diferentes entidades del Estado. «Tenemos un Gobierno que ha desacreditado a todas las instituciones», afirmó el presidente del PP en su análisis antes de señalar que su partido trabajará para devolver estas instituciones a la ciudadanía en cuanto desaloje a Sánchez de la Moncloa. Entre ellas, los populares sitúan la Fiscalía General del Estado de la que está a cargo el investigado Álvaro García Ortiz, el Banco de España que ahora preside el exministro José Luis Escrivá o el Consejo de Administración de RTVE, cuya mayoría de miembros ha sido designada por PSOE y Sumar al no alcanzarse un acuerdo con los populares.
La economía fue otro de los aspectos en los que Feijóo quiso contrarrestar con datos «el triunfalismo» del Ejecutivo por el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) o de las exportaciones. El líder gallego esgrimió que el 26,5% de la población corre riesgo de exclusión social, que en España uno de cada tres niños o niñas están al borde de la pobreza infantil o que «no hay rastro» de las 184.000 viviendas públicas prometidas por el Gobierno.
Frente a la forma de conducir el país del líder socialista, Feijóo contrapuso la gestión del PP en las 12 comunidades autónomas donde gobierna y que engloban al 70% de la población. No ahorró tampoco elogios a la labor de oposición de los populares. Su presidente citó «éxitos» como la salvaguarda de la independencia de la justicia con la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la aprobación después de tres años de espera de la ley de asistencia para los enfermos de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o el ahorro de 6.500 millones de euros en nuevos impuestos a los ciudadanos, esta última una medida del Gobierno de coalición que el PP tumbó en el Congreso de los Diputados gracias al apoyo de los siete diputados de Junts.
Feijóo reconoció la coincidencia en distintas votaciones con los de Carles Puigdemont, algo que, no obstante, no le preocupa porque se produce sin ceder a chantajes, sin subastar al Estado y como medio para cumplir con el programa del PP. «La prueba –zanjó en lo que respecta a este asunto– es que estamos en la oposición después de haber ganado las elecciones». El presidente de los conservadores incluso valoró que quien se ha movido de posición es el partido independentista y no su formación. Desde el PSOE apenas se tardó unos minutos en responder a estas palabras del líder popular. Lo hizo el titular de Transición Digital, Óscar López, al asegurar que «la derecha, como siempre, aplica la ley del embudo». «Cuando ellos pactan con partidos nacionalistas o independentistas es por el bien del Estado, cuando lo hacen los demás, traicionan a España», criticó el ministro y próximo contrincante de Isabel Díaz Ayuso por la Presidencia de la Comunidad de Madrid.
Pese a este acercamiento a Junts, ni el PP ni su presidente quieren poner sobre la mesa una posible moción de censura que necesitaría de forma obligatoria la colaboración de Vox. Los de Santiago Abascal, tras meses de cerrarse en banda, han terminado por aceptar votar junto a Junts para echar del poder a Sánchez siempre y cuando Feijóo adopte como primera decisión al frente del nuevo Gobierno la convocatoria de elecciones generales anticipadas. La precaución de Génova viene por el lado de los de Carles Puigdemont, que apuestan por arrancar nuevas concesiones a Madrid mientras dejan cocer a fuego lento la caída del jefe del Ejecutivo. Tampoco ayuda al entendimiento con los independentistas las palabras de ayer del presidente del PP, que defendió que el expresident catalán, sobre el cual el Supremo mantiene la acusación de malversación por el uso de fondos públicos para el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, sea detenido.
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