La complejidad del escenario político se concentró este miércoles en apenas diez minutos de votación en el Congreso. Diez minutos bastaron para poner de manifiesto que el Gobierno no puede dar por descontado el apoyo del PNV y que Junts no se lo va a ... poner precisamente fácil si de verdad quiere sacar adelante los Prespuestos de 2025. Pero sobre todo, y esa fue la gran novedad del primer pleno tras las vacaciones del verano, ese lapso sirvió para advertirle de que al ya elevado número de variables que debía tener en cuenta cada vez que envía una iniciativa a la Cámara ha de sumar ahora la incertidumbre de cuál será la posición del exministro de Transportes, José Luis Ábalos. A la derecha, no obstante, tampoco las cosas discurren con armonía.
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Que los nacionalistas vascos iban a votar a favor de la proposición del PP que exigía el reconocimiento del opositor venezolano Edmundo González Urrutia como presidente electo se sabía ya desde el día anterior y el Ejecutivo trata de quitarle importancia. Fuentes de Moncloa aseguran que las relaciones con el PNV «están bien» y atribuyen la decisión a los condicionantes de su «política exterior». Junts, sin embargo, es harina de otro costal. Los socialistas aspiran apaciguarlos, pero la dureza del tono empleado ayer por su portavoz, Míriam Nogueras, frente a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la sesión de control no apunta en esa dirección.
Nogueras dejó bien claro que su partido aún sangra por la herida del pacto entre ERC y el PSC para hacer a Salvador Illa presidente de la Generalitat mientras Carles Puigdemont sigue sin poder disfrutar de la amnistía. Y dio a entender que el Ejecutivo no logrará tampoco ahora su respaldo a la senda de estabilidad presupuestaria aprobada de nuevo este martes por el Consejo de Ministros tras el inesperado varapalo de julio.
«Si creen que luchamos por la independencia para quedarnos con un poco de morralla no han entendido nada. Queremos el control (...). Y recaudar y devolver el dinero de Cataluña a la caja española ni es concierto ni es poder ni es tener la clave de la caja», dijo Nogueras cuestionando el alcance de la «financiación singular» acordada con su gran rival en el mundo independentista; justo lo contrario que minutos antes había hecho el PP.
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Junts, en todo caso, no lo tiene nada fácil en este debate y la prueba es que, con la excusa de la obligada participación en los actos de la Diada, jornada de especial trascendencia para el separatismo, se ausentó del pleno llegado el momento de votar, entre otras cosas, una moción del principal partido de la oposición crítica con el controvertido pacto fiscal catalán y en defensa de la multilateralidad.
Sin su presencia, el varapalo a la apuesta del Ejecutivo estaba prácticamente garantizada a coste político cero para ellos. Pero por el camino se cruzaron las animadversiones de Vox con el PP. La formación de Santiago Abascal justificó la abstención que impidió a los populares propinar a los socialistas el segundo revolcón de la jornada en la negativa de estos a aceptar una enmienda que, fundamentalmente, tachaba todo lo que pareciera una defensa del sistema autonómico. En el contexto actual, tras haber roto en julio sus gobiernos de coalición con los populares y a las puertas de las administraciones elaboren sus Presupuestos y los lleven a las asambleas regionales, el gesto sonó, no obstante, a aviso. Como aviso fue para el PSOE el de Ábalos.
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El exministro y exsecretario de Organización del PSOE, en el Grupo Mixto desde que en febrero se negó a atender la exigencia de su partido de entregar el acta por el 'caso Koldo', votó por primera vez al margen de los socialistas y se abstuvo tanto en la votación sobre Venezuela como en la moción sobre el concierto catalán. Lo hizo después de que su sucesor en el Gobierno, Óscar Puente, hiciera público a final de agosto la auditoría que le atribuye graves irregularidades en la compra de mascarillas. En esta ocasión, su posición no era determinante, pero el Gobierno no puede prescindir de uno solo de los apoyos que permitieron la investidura de Sánchez para legislar. Y en el futuro sí podría serlo.
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