José Luis Ábalos, que fue ministro de Transportes entre 2018 y 2021 y exsecretario de organización del PSOE, compareció voluntariamente ante el Tribunal Supremo el pasado 12 de diciembre para prestar declaración por la presunta comisión de cuatro delitos en relación al llamado 'caso ... Koldo', la presunta trama de comisiones ilegales por la compra de mascarillas en plena pandemia.
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Durante su comparecencia, a cuya grabación ha tenido acceso este periódico, el actual diputado del Grupo Mixto explicó su salida del Consejo de Ministros y de la dirección socialista por «pérdida de confianza», incidiendo en que desconoce las razones de su cese porque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, nunca se las dio.
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«Puedo especular, especuló todo el mundo, pero el presidente no me comunicó ninguna razón. A nivel privado no me dio ninguna el día que me citó el presidente en Moncloa para decirme que, tras un largo viaje juntos, este había concluido», declaró a preguntas directas del magistrado instructor del Supremo, Leopoldo Puente.
«Interpreté aquel cese como una pérdida de confianza y entendía que no era posible seguir desarrollando esas tareas», añadió sobre su dimisión posterior como secretario de Organización. Ábalos detalló que salir de Transportes en julio de 2021 entendió que «no era posible seguir desarrollando esas tareas» en el partido y que se había convertido «en un obstáculo porque es un cargo completamente adherido» al del secretario general. Por este motivo, una semana después presentó su carta de dimisión.
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El interrogatorio, que arrancó pasadas las diez de la mañana del pasado 12 de diciembre, se extendió durante tres horas. Como ya se informó en su momento, Ábalos negó cualquier irregularidad o conducta delictiva por su parte con los contratos de las mascarillas. Utilizó como cortafuegos a quien era su asesor en Transportes, el también investigado Koldo García, y minimizó su relación con el «nexo corruptor» de la trama, el comisionista Víctor de Aldama. Subrayó en diversas ocasiones que no tenía una relación «estrecha» con él.
Entrando en arena sobre los indicios delictivos que pesan sobre él, Ábalos fue preguntado por el contrato de alquiler con opción a compra de un piso en el Paseo de la Castellana de Madrid que firmó con Aldama. Señaló que fue Koldo García quien le comentó que existía esa posibilidad. «Es posible que fueran gestos de acercamiento y es verdad que la relación de Koldo con Aldama era muy estrecha y yo creo que a la vista de todo, de cómo han ido ocurriendo las cosas, pues que Koldo se apoyó mucho en el señor Aldama, entre otras cosas porque Koldo venía de Navarra y Madrid lo conoce poco. Aldama se convirtió en una especie de muleta para muchas cosas», reconoció.
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En ese punto fue cuando el magistrado le interrogó sobre el chalet en una urbanización de La Línea de la Concepción (Cádiz), cuya compra gestionó Aldama a través de la empresa de Carmen Pano, investigada en una trama de hidrocarburos que también salpica al primero. El inmueble fue puesto a disposición de Ábalos mediante un contrato de alquiler con opción a compra.
«Yo no tenía ni idea de eso. Yo se lo encargué únicamente a Koldo y a nadie más. No me informó de nada de cómo hizo o dejó de hacerlo. Me informó que estaba en contacto con la propiedad. Cuando me hizo llegar el contrato, vi la empresa esta que no la conocía ni me sonaba de nada y pregunté por prevención si tenía algo que ver con el ministerio (...) y me dijo que no, que era una empresa nueva que no tenía actividad», explicó el exministro.
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Subrayó que le había mandado «muchas casas» como «ejemplos» por internet para que le ayudase a buscar espacio vacacional que disfrutar con su familia en régimen de alquiler y lo que le pasó fue eso, «un contrato de arrendamiento«. »Estuve tres o cuatro veces en todo el tiempo que estuve alquilado porque mis circunstancias familiares variaron enormemente desde cuando pensé alquilarla a cuando llegó el momento de entrar. Para empezar, a mi familia no le gustaba y además me separé, con lo cual todo el plan que tenía desapareció y por si hacía falta más, fui cesado como ministro así que mi previsión económica ya no era la misma«, argumentó.
También hubo un espacio de la declaración en el Supremo para preguntarle sobre la vivienda que Aldama pagó a través de un socio a Jessica Rodríguez, una mujer con la que el exministro mantuvo una relación sentimental. Ábalos matizó que se trataba de una relación «extramatrimonial» y se mostró incómodo por tener que hablar de su vida privada, si bien el magistrado le hizo saber que ese detalle que él desconocía no era relevante para la causa, como sí lo son las fechas. En este punto, Ábalos contestó: «Yo intimidad no tengo, señoría, así que no se preocupe por eso. Me la han arrebatado toda».
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Seis días después de su declaración, el magistrado Puente acordó elevar suplicatorio al Congreso de los Diputados para suspender la inmunidad del exministro y diputado al haber encontrado contra él «indicios bastantes» de la posible comisión de, al menos, cuatro delitos: integración en organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación. Ábalos tiene ahora de plazo hasta el próximo 13 de enero para presentar sus alegaciones sobre el suplicatorio, que se podría votar en un Pleno del Congreso a finales de enero.
Koldo García, el que fuera asesor de José Luis Ábalos, defendió en su declaración como investigado el pasado 17 de diciembre en el Tribunal Supremo que pagó rentas del piso donde vivía una pareja del exministro por amistad con ella. Pero al magistrado instructor del caso, Leopoldo Puente, le pareció algo extraño. «Supongo que no será corriente que un asesor pague las rentas del piso del propio ministro –le inquirió el juez-, pero ya del piso de su relación sentimental es más raro«.
Koldo aseguró no tener «una explicación correcta» de por qué pagó rentas de ese piso y se limitó a contestar que se «llevaba muy bien» con ella, de la que era «amigo» y que no contaba con recursos suficientes para afrontarlo por sí sola. Para ello optó por pedirle ayuda a otro conocido, Luis Alberto Escolano, un socio del presunto conseguidor del 'caso Koldo', el empresario Víctor de Aldama, informa Europa Press. De hecho, declaró que el apartamento lo comenzó a pagar Escolano y que en un momento dado éste dejó de hacerlo, por lo que fue el propio Koldo quien asumió esa renta mensual.
Sobre si conocía Ábalos cómo se pagaba ese piso, su exasesor de confianza dijo no recordar si el entonces ministro estaba al tanto y que no hablaron de ello. En todo caso, señaló que pagó más gastos, por ejemplo billetes de algunos viajes de esa mujer, que luego le devolvió el dinero. Además, Koldo fue preguntado también por el juez si esa mujer entró a trabajar «por enchufe» en la empresa pública INECO, dependiente del Ministerio de Transportes que pilotaba el propio Ábalos.El investigado admitió entonces que fue escogida «porque era amiga mía y porque para ciertos trabajos la amistad y la colaboración y el poder confiar en una persona es importante«.
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