El exconcejal del PP vasco que combatió en Siria al Estado Islámico es procesado en España

El exconcejal del PP en la localidad alavesa de Alegría Rodrigo Sanz García de Cortázar, quien el mes de junio viajó a Siria para incorporarse a las milicias kurdas que luchan contra el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), regresó a España el pasado sábado por vía aérea, procedente de Irak. El exedil fue retenido en el aeropuerto de Barajas por agentes de la Guardia Civil que tras interrogarle le dejaron en libertad con cargos.

Según han señalado a este periódico fuentes de la investigación, Rodrigo Sanz podría ser procesado por un delito de terrorismo al haberse incorporado a una milicia que no tiene reconocido ningún estatus internacional. En julio de este año un juez de la Audiencia Nacional ya procesó a dos jóvenes, pertenecientes a unas brigadas comunistas y que también se habían incorporado a las milicias kurdas. Les acusó de colaboración con organización terrorista, utilización de armas de guerra y manejo de explosivos. Al igual que en el caso de Rodrigo Sanz, ambos quedaron en libertad con cargos mientras se instruía su caso. Como medida cautelar se les retiró el pasaporte y se les obligó a presentarse de forma regular en un juzgado.

Tanto el exedil popular como los dos jóvenes comunistas se enrolaron en las filas de las milicias kurdas del YPG, en concreto, en una unidad de voluntarios internacionales denominada Los leones de Rojava. El grupo no tiene nexos conocidos con el PKK turco, un colectivo que sí es considerado terrorista por la Unión Europea. La acusación legal contra ellos, en este sentido, se encuentra en cierto limbo aunque el pacto antiyihadista firmado por el PP y el PSE incluye la intención de incluir una modificación en el Código Penal para que se procese por un delito de terrorismo a cualquier ciudadano que haya viajado a otro país para unirse a las filas de un ejército extranjero o a un grupo armado.

El caso de Rodrigo Sanz salió a la luz pública en octubre de este año, cuando el propio miliciano, que ya se encontraba en la ciudad siria de Kobane, comenzó a solicitar ayuda en las redes sociales para poder regresar a España. Según él mismo comentó, aunque había firmado un contrato de seis meses con Los leones de Rojava, por circunstancias personales se veía obligado a adelantar su vuelta.

Al no cumplir con el plazo acordado, las milicias no le pagaban ni el billete de vuelta ni las tasas de los distintos visados a los que tenía que hacer frente para desplazarse hasta Madrid. En total, Rodrigo Sanz pedía 350 dólares para poder pagar la entrada en Irak desde Siria y otros 350 para costearse un billete de avión hasta España. Distintas fuentes han señalado que en el retorno de Rodrigo Sanz ha podido intervenir el Gobierno español después de que, al parecer, el exedil se hubiera desplazado hasta Irak -en Turquía podría haber sido procesado por terrorismo- y allí hubiera sido retenido por el Ejército de ese país.

A la hora de explicar su incorporación a las milicias kurdas, Rodrigo Sanz, muy aficionado a las armas, aseguró que había tomado la decisión «para hacer lo que los gobiernos no tienen pelotas de hacer, que es detener al ISIS antes de que lleguen a nuestros hogares». Según señaló en su momento a El Correo, se incorporó a Los Leones de Rojava al ser una unidad multinacional formada por ciudadanos norteamericanos, canadienses, británicos y otros voluntarios procedentes de países del Este. Su primer y único destino fue la ciudad de Kobane, convertida en los últimos meses en un símbolo de la victoria kurda sobre los terroristas del Estado Islámico. Este pueblo fue conquistado por los yihadistas pero los voluntarios kurdos consiguieron expulsarlos en enero de este año. En ese momento se inició un asedio del Estado Islámico que duró hasta junio, cuando los islamistas fueron definitivamente derrotados.

Labor de francotirador

En sus declaraciones sobre su papel dentro de las milicias, el exconcejal ha sido bastante esquivo a la hora de aclarar de qué tareas se ha encargado. Según señaló a este periódico, se dedicó desde un principio a actuar como tirador de élite. «Nuestra misión es despejar las zonas en las que luego entran los rangers para asegurar el terreno. La misión final es proteger a la población», indicó. Dentro de su papel como francotirador, Rodrigo Sanz tampoco quiso ser explícito en cuanto a las acciones armadas en las que había intervenido o las bajas que podría haber causado. «Eso se queda entre nosotros», manifestó, en referencia a sus compañeros de la milicia.

El antiguo edil, que llegó a Kobane cuando el asedio del EI ya había finalizado, relató cómo los yihadistas habían llenado de bombas trampa tanto los caminos como las casas o los objetos que habían abandonado en su huida. No obstante, sí que reconoció que a menos de diez kilómetros del área en la que se había desplegado sí había pueblos aún en poder de miembros del Estado Islámico.

Rodrigo Sanz fue cabeza de lista del PP por la localidad alavesa de Alegría en las elecciones municipales de 2007 y salió elegido como concejal. En mayo, antes de los comicios de este año para los ayuntamientos, abandonó el partido y no volvió a presentarse en ninguna candidatura.