Catorce denuncias a la hora, una muerta a la semana

Madrugada del jueves en la calle Zaramaga de Vitoria. Un joven de tan solo veinte años es detenido por la Policía Local. El motivo: abofetear y tirar de los pelos a su pareja para obligarla a subir al coche. Con su detención, y solo en la capital vasca durante esta semana, se han detenido a seis hombres por violencia machista. En una semana y en una ciudad. Es una muestra de esta lacra, en demasiadas ocasiones silenciosa, introducida en la sociedad y que tiene su punto más trágico en el asesinato de una mujer a manos de esa persona que dice que la quiere. Solo durante el primer trimestre de este año se presentaron 30.293 denuncias en los juzgados de violencia de género, según los últimos datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, y se adoptaron 4.794 órdenes y medidas de protección. O lo que es lo mismo: 337 denuncias y 53 órdenes diarias. Es decir, que catorce mujeres acuden cada hora a denunciar a quien le maltrata física y psicológicamente. Seis de cada diez casos fueron atestados policiales con una denuncia de la víctima.

Cifras escalofriantes, enormes, pero escasas. De las 24 mujeres que han sido asesinadas hasta ayer por culpa de la violencia machista, según recoge el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, solo en cuatro casos había denuncia previa (dos presentadas por la propia víctima y otras dos por terceros). Una tendencia que, lamentablemente, se repite de forma constante. La macroencuesta sobre violencia de género que se realiza cada legislatura indica que solo el 26,83% de las víctimas de esta lacra han acudido a una comisaría o un juzgado de guardia ante el mínimo daño físico o psíquico.

"Cada uno de los asesinatos es un fracaso del sistema", apunta María Ángeles Carmona. "Alguien que tenga cerca a una víctima debe ponerlo en conocimiento de las autoridades porque la denuncia es la única manera de que se activen los mecanismos de protección", insiste la presidenta del Observatorio. Teresa Peramato, fiscal adscrita a la Sala de Violencia Contra la Mujer de la Fiscalía General del Estado, durante unas jornadas sobre esta lacra en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, defendió la modificación del artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para que a la víctima no se le reconozca el derecho a no declarar y así dar una "respuesta punitiva y protectora".

Carmona entiende que esa postura genera debate y que el Observatorio la ha estudiado. Por otra parte, insistió en la necesidad de concienciar a la sociedad para acabar con el asesinato de mujeres. "Debemos formar a las parejas más jóvenes para que detecten cuáles son las primeras señales de violencia de género para poder cortar de raíz esta escalera que suele empezar de forma muy sutil y continúa hasta los casos más graves", explicó en la Ser. De las víctimas contabilizadas este año, siete no habían llegado a cumplir los 31 años y otras seis se sitúan dentro de la franja entre los 31 y los 40 años. "Nuestros jóvenes tienen dificultades a la hora de identificar las conductas de control y celos como violentas", apuntó José Manuel Andreu, doctor en Psicología de la Universidad Complutense. El Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud aseguraba en un informe que uno de cada tres jóvenes de entre 12 y 24 años justificaban una bofetada o que un hombre salga con varias mujeres, pero no el caso contrario.

A pesar de estos datos negativos, al menos hay una pequeña esperanza. Las 24 muertes por violencia de género -que han dejado 24 huérfanos- son la menor cifra a estas alturas de año desde hace una década. Incluso sumando los seis casos que oficialmente están en estudio y que el Ministerio de Sanidad no incluye en sus estadísticas -faltaría un séptimo, el de las mujeres asesinadas en Cuenca-, no se alcanzarían los 35 casos que había por estas fechas en 2014. Un lento descenso en el número de asesinadas hasta conseguir que el odio hacia las mujeres termine. Sin olvidar, que la violencia machista se ha cobrado 790 vidas desde el 1 de enero de 2013.