REDACCIÓN
Domingo, 9 de noviembre 2014, 07:51
"¡No puedo frenar, no puedo frenar!". Fue el grito desesperado que el conductor del autobús siniestrado este sábado por la noche en Cieza compartió con los pasajeros antes de que se produjera el fatal desenlace.
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Un vecino de Bullas que se desplazó hasta el lugar, manifestó a 'La Verdad' que entre los heridos se encontraban su mujer y su hija y que, antes de que esta última fuera trasladada al hospital, pudo hablar con ella. «Me dijo que unos segundos antes del accidente, el conductor se puso a gritarle a su compañero que no le respondían los frenos». Estas declaraciones se ven ratificadas por el hecho de que en la calzada no existía huella alguna de frenada.
En base a estas declaraciones, la principal hipótesis de la causa del siniestro sería el fallo mecánico, si bien la Guardia Civil investiga lo sucedido y aún es pronto para tener conclusiones.
Sin embargo, el autobús había pasado la ITV el pasado viernes, según informó José Ruiz, el propietario de la empresa de autobuses. El vehículo, de "nueve o diez" años de antigüedad, según su dueño, se encontraba "en perfecto estado" y había pasado la citada inspección técnica un día antes de la fecha en la que prescribía la anterior, "porque tenía el viaje a Madrid" desde Bullas.
Este empresario de Calasparra, conmocionado por las noticias sobre lo ocurrido, dijo que en el autobús viajaban dos conductores y que nunca antes en sus 40 años de trayectoria profesional había sufrido una tragedia como ésta.
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