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María Jesús Gutiérrez
Lunes, 24 de marzo 2025, 19:51
Las Casas del Conde es el municipio más pequeño de Castilla y León en cuanto a territorio, pues tiene 1,2 km2; pero su riqueza natural es impresionante. Situado al sur de la provincia de Salamanca, forma parte de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y de Francia.
Su Calvario, del siglo XVIII, es único en toda la provincia, al encontrarse completo y en mitad de un robledal, con la particularidad de tener los símbolos de la pasión grabados en sus cruces.
El pueblo, que cuenta con abundancia de agua tiene fuentes, regatos y pocitas escondidas por sus calles, siendo una de las peculiaridades de su casco urbano. Incluso el regato de la Arroyá, que separa los dos barrios del pueblo (el viejo y el nuevo) muestra pequeñas cascadas en temporadas lluviosas.
La riqueza natural de su entorno se puede descubrir a través de dos rutas: la del Bosque de los Espejos-Asentadero de los Curas, que une Las Casas del Conde, San Martín del Castañar y Sequeros, con obras de arte en su recorrido; y el Sendero de Puentes Nuevas, ruta circular de 4,2 kilómetros y dificultad baja, por lo que es ideal para recorrer en familia.
El sendero discurre a lo largo del río Francia, cuyo run run de sus aguas acompañan al senderista, que podrá disfrutar de una gran diversidad de flora y fauna, que hacen diferente y sugerente el recorrido en cada estación del año. Indicado para el turismo ornitológico por la gran variedad de aves, que se unen a otras especies como ginetas, tejones, ciervos, corzos, jabalíes…; sin olvidar, por su humedad, la multitud de anfibios, reptiles e insectos; además de a los peces de un río truchero, en el que los zapateros de su superficie y anfibios indican la calidad del agua. Si hablamos de flora, hay meses que el recorrido parece una manta floral, especialmente en primavera; dejando paso en otoño a las setas; en verano a la espesura del bosque y en invierno, al caminar sobre las raíces de los árboles pegados al río.
Entre las paradas que se recomiendan destaca el Mirador del Berrocal, desde donde se divisa la Sierra de Béjar, Las Casas del Conde y San Martín del Castañar. A lo largo del camino se verán restos de antiguos molinos y casetas de pastoreo. No hay que olvidar que discurre por antiguos caminos de carretas y que parte de la ruta era la carretera romana para ir de las minas de El Cabaco a Mérida, por lo que algunos tramos están empedrados, cuentan con apartaderos (zonas donde las carretas se pasaban unas a otras), antiguos desagües de piedra (para que el agua pasara de un lado al otro del camino) y una zona de cría de galápagos.
Amanece en Las Casas del Conde, una pareja de herrerillo común posados en el cable de la luz toman el pelo a mi gata que desde el interior de casa comienza a emitir una serie de ruiditos indicativos de nerviosismo. De fondo, el valle del río Francia ofrece su espectáculo matinal de nubes bajas con el sonido de multitud de aves.
Desde fuera, la Sierra de Francia se ve como una zona espectacular para pasar el tiempo libre o vacacional y sin más oportunidades laborales que el turismo. Nada más lejos de la realidad. La Sierra de Francia se está convirtiendo en una zona con multitud de oportunidades, la fibra óptica facilita mucho el teletrabajo y cada vez más gente se plantea el cambiar su vida en las grandes ciudades por la vida que realmente quieren tener.
Vivir en Las Casas del Conde es vivir en mayúsculas. El día a día es similar a vivir en una ciudad, pero tienes más tiempo libre y ese tiempo libre es un tiempo de calidad. Disfrutas de las vistas, del microclima, del entorno y de los vecinos que se convierten en parte de tu familia. El valle del río Francia nos ofrece un espectáculo cambiante que varía mes a mes y hace que merezca la pena cada día. En primavera el espectáculo de la vegetación floreciente impacta y en verano el placer de poder bañarte en el río es realmente reconfortante. La fauna a diario te alegra la vida; ginetas, corzos, ciervos, cabras, zorros, tejones, jabalíes, conejos, ardillas, lagarto ocelado, tritones, tulanes, ranas, salamandras, saltarrostros, galápagos, pájaros carpinteros, búhos, corujas, petirrojos, lavanderas, milanos, águilas, buitres, golondrinas, aviones, garzas, herrerillos, cornicabras, etc. Me siento afortunado.
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Francisco González y Alejandro Ríos
María Díaz y Álex Sánchez
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