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Primer empate sin goles del Mundial
Primera fase

Primer empate sin goles del Mundial

El orden de Irán deja sin ideas a la campeona de África

Igor Barcia

Lunes, 16 de junio 2014, 00:49

Irán y Nigeria firmaron este lunes el primer empate del Mundial y el primer encuentro sin goles, perfecto resumen para explicar un duelo donde el orden persa pudo más que el empuje sin ideas del campeón de África. Un empate que deja muy abierto el Grupo F a la estela de Argentina, indiscutible favorita.

Irán 0 Nigeria 0

  • Irán Haguighi, Safi, Montazeri, Sadeghi, Hosseini, Heydari (Masoud, min. 88), Andranik, Nekounam, Poladi, Dejagah (Jahan, min. 77) y Reza.

  • Nigeria Eneyeama, Ambrose, Omeruo, Oboabona (Yobo, min. 29), Oshaniwa, Onazi, Azeez (Odemwingie, min. 69), Musa, Mikel, Moses (Ameobi, min. 52) y Emenike.

  • Árbitro Carlos Vera (Ecuador). Amonestó a Andranik.

  • _Incidencias Partido correspondiente al Grupo F, también formado por Argentina y Bosnia. Estadio Arena da Baixada, de Curitiba.

El partido tuvo color verde en los primeros minutos. Nigeria tiró de galones al considerarse favorita y apretó a un rival temeroso y desajustado, lo que propició varias acciones de peligro sobre el área iraní. Tardó la selección persa en asentarse, pero cuando lo hizo el partido se cerró por completo para los campeones africanos. La formación que dirige Carlos Queiroz destaca por su solidez defensiva, por su obsesión en mantener el orden, y superadas las dudas iniciales mostró su imagen habitual, dando la sensación de que el técnico luso tenía muy bien estudiado a su rival.

Porque Nigeria quedó enredada en la tela de araña del centro del campo de Irán. De hecho, la mejor ocasión fue para los de Queiroz, en un remate de Reza que salvó con muchos apuros Eneyeama. Ese era el arma ofensiva del conjunto persa, el juego a balón parado, donde hacer daño a su rival.

El paso por vestuarios trajo consecuencias en el juego de Nigeria. No es que las Águilas Verdes se convirtieran en un equipo arrollador, pero al menos dieron más velocidad a su juego, la única forma de romper el orden de un rival cada vez más convencido de la efectividad de su labor. De hecho, el mayor ritmo de Nigeria conllevó más espacios, algo que trató de explotar Irán con salidas a la contra.

Al menos, tras una primera parte soporífera, el encuentro entró en una fase de alternativas entre dos selecciones en las que con el paso de los minutos, pesó más el miedo a perder que la ambición por llevarse los tres puntos.

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