N. S.
Viernes, 22 de diciembre 2023, 15:00
Cámaras de tráfico, cámaras de control de uso del cinturón de seguridad, radares de tramo, helicópteros, furgonetas camufladas... Son muchos los medios de la DGT para vigilar que esta Navidad los desplazamientos se realicen con total seguridad.
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En concreto, 780 radares fijos (92 de ellos de tramo, de hecho, Madrid cuenta con uno de casi 2 kilómetros de extensión con 6 dispositivos de control) y 545 móviles de control de velocidad, además de los 13 helicópteros, 39 drones, 245 cámaras y 15 furgonetas camufladas para controlar el uso de móvil y del cinturón de seguridad –suelen estar en pórticos y postes y realizan hasta 50 fotografías por segundo–.
Sin olvidar los 60 Velolaser que operan en España. Este tipo de radar puede detectar una infracción de velocidad tres veces por segundo con un margen de error de 2 kilómetros por hora desde una distancia de 1.500 metros.
Pero lo más novedoso en cuestión de cinemómetros, y que ya se pueden ver desde hace unas semanas en nuestras carreteras –son muchos los conductores que todavía desconocen su ubicación y funcionamiento– son los llamados radares en cascada o antifrenazo, los radares por obras, y los radares de STOP y de línea continua. En realidad, este último son cámaras que vigilan a los vehículos en vías de aceleración que van a incorporarse a una vía principal. En caso de que las cámaras detecten que no se respeta la línea continua, sancionarán al infractor con una multa económica de 200 euros, pero, en este caso, sin retirada de puntos.
Y es que para evitar que los conductores se salten un STOP o no lo realicen correctamente, la DGT ha colocado cámaras que graban permanentemente y envían al Centro de Tratamiento de Denuncias Automáticas las pruebas de la infracción. Así, se exponen a una multa de 200 euros y la retirada de 4 puntos.
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Otra curiosidad, aunque en este ejemplo en concreto no se trata de un radar en sí, son los semáforos foto-rojo. Y es que este tipo de radar no tiene en cuenta la velocidad del vehículo, sino que está en funcionamiento para que se respeten los semáforos en rojo, de ahí su nombre. Se trata de una cámara que comprueba qué vehículos siguen circulando cuando se encuentran esta señal de tráfico. Saltarse un semáforo en rojo conlleva 200 euros de multa y la pérdida de 4 puntos del carné de conducir.
Asimismo, frenar antes de llegar al radar y volver a acelerar pasado éste, ya se sanciona con los llamados radares antifrenazo o en cascada. Es simple: consiste en colocar un radar móvil a continuación de uno fijo. Y si el frenazo no tiene justificación y pone en riesgo la seguridad entre coches, son 200 euros y 4 puntos menos del carnet.
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