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Canal Motor
Martes, 3 de enero 2023, 23:58
Las temperaturas bajo cero o las nevadas pueden aumentar las posibilidades de que el coche sufra serios daños mecánicos, impidiendo que circulemos con seguridad. En este sentido la prevención es un factor esencial para evitar que muchos componentes de nuestro vehículo puedan dañarse a consecuencia del frío. Por lo tanto, es importante conocer cómo debemos mantener el vehículo durante esta época del año y así enfrentarnos al invierno con seguridad.
Uno de los elementos mecánicos del vehículo que más sufre las bajas temperaturas es la batería. De hecho, las bajas temperaturas pueden incrementar la posibilidad de que se descargue. Normalmente, la batería no necesita mantenimiento, más allá del cambio al finalizar su vida útil, que suele ser de entre 3 y cinco 5, explican desde Confortauto Hankook Masters. Si la batería está en este promedio de edad, es recomendable cambiarla antes de encontrarse una mañana que el coche no arranca o lo hace con mucha dificultad. Al menor síntoma, mejor sustituirla.
Los neumáticos también deben estar en buen estado durante todo el año. Si estos no tienen la presión correcta o el dibujo de la goma está desgastado, nuestra unión al asfalto será insegura. En invierno bajan las temperaturas, nieva y llueve con más frecuencia, por lo que es habitual encontrarnos con el asfalto mojado o incluso helado o nevado cuando circulamos.
La revisión de los neumáticos es primordial en esta época para evitar efectos como el aquaplaning. Debemos tener en cuenta la presión que nos recomienda el fabricante y comprobarla periódicamente para detectar si algún neumático hubiera perdido aire. También es conveniente comprobar con regularidad el desgaste y la profundidad. Para garantizar el máximo agarre y tracción, la profundidad del dibujo de los neumáticos no debe superar los 1,6 milímetros (límite legal establecido), siendo aconsejable su cambio cuando la profundidad sea inferior a 3 milímetros.
En los meses de frío igualmente es esencial que los limpiaparabrisas se encuentren en buen estado de funcionamiento. No hay nada más incómodo que conducir un día de lluvia con una escobilla en mal estado que deja un halo borroso sobre el parabrisas. Asegúrate de que están bien limpias y sustitúyelas cuando estén desgastadas. Aunque visualmente presenten buen aspecto, pueden tener la goma reseca, ya que los cambios bruscos de temperatura, las largas exposiciones al sol y el paso del tiempo juegan en su contra. Echa agua en el parabrisas y comprueba que barren bien, de lo contrario, cámbialas. Otro detalle importante es revisar si hay suficiente líquido lavaparabrisas en nuestro deposito y en caso de no ser así, rellenarlo.
Con el mercurio al mínimo, hay líquidos del coche que corren el riesgo de congelarse como ocurre, por ejemplo, con el del depósito del limpiaparabrisas. También es imprescindible revisar el nivel del líquido refrigerante puesto que este posibilita mantener la temperatura óptima del motor. Otro de los aspectos a tener en cuenta, especialmente si se habita en zonas con temperaturas bajo cero, es comprobar el estado del líquido refrigerante. El líquido refrigerante es a su vez anticongelante hasta determinada temperatura, pero con el uso va perdiendo propiedades.
Con el frío también debemos revisar nuestro sistema de frenado, porque con las bajas temperaturas pierden eficacia. El mal estado de estos componentes se traduce en frenadas más largas y el aumento de las posibilidades de sufrir un accidente. Es importante prestar atención a las pastillas de freno, ya que la suciedad acumulada y la humedad pueden provocar chirridos y friccionar con los discos de freno. Esto puede disminuir la capacidad de frenado o aumentar en exceso la temperatura de frenado, llegando a cristalizar las pastillas y que estas pierdan sus propiedades.
Finalmente, y lejos de ser un elemento de puro confort, el sistema de climatización es clave para reducir la condensación en el habitáculo y desempañar los cristales, por lo que su correcto funcionamiento en esta estación cobra gran importancia. Es importante revisar que funcione en perfectas condiciones para, que además de ayudarnos a combatir el frío, nos ofrezca la máxima visibilidad.
Hay que tener en cuenta que el radiador de la calefacción es tremendamente fácil que obstruya por culpa de los residuos sólidos que flotan en el circuito del refrigerante. En este caso el mejor consejo es acudir a un taller de confianza para llevar a cabo una limpieza correcta y meticulosa del radiador de calefacción y de todo el circuito de refrigeración del coche.
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