![Cuidado si sufres de algún Trastorno de la Conducta Alimentaria: Así afecta a la conducción](https://s1.ppllstatics.com/rc/www/multimedia/2024/05/20/conducir-coche-R6Yhi3xUtbVSWzhqlybFFeJ-1200x840@diario_abc.jpg)
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Canal Motor / A.P.
Lunes, 20 de mayo 2024, 12:00
La anorexia y la bulimia son algunos ejemplos de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) que también implican una serie de riesgos a la hora de conducir. Por ejemplo, debido tanto por sus patológicos hábitos de alimentación, como por la posible toma de medicamentos, puede afectar a las condiciones psicofísicas necesarias para conducir.
De hecho, según la DGT, en los casos de anorexia que concurre con ayuno pueden aparecer niveles bajos de azúcar en la sangre y/o niveles bajos de presión arterial, y desequilibrios hidroelectrolíticos, que comprometen una conducción segura.
En este sentido, mientras conducen se pueden sentir cansados, mareados, confusos, con poca fuerza, lo que dificulta las capacidades básicas de la conducción tales como: la concentración, la coordinación bimanual visomotora, los procesos atencionales, el tiempo de reacción y las funciones ejecutivas. En casos de desnutrición más graves, las personas pueden sufrir desmayo o pérdida de conciencia, un gran riesgo cuando se está conduciendo porque esto supondría la pérdida total del control del vehículo.
Por otro lado, en las personas con bulimia uno de los problemas puede ser la ingesta de comida sin control mientras conducen. Esta situación puede provocar distracciones, por ejemplo, al coger los alimentos teniendo que soltar el volante. Además, si la ingesta de alimentos ha sido copiosa y basada en carbohidratos puede provocar somnolencia y aumentar el peligro de provocar un accidente.
Asimismo, la preocupación constante por la dieta, el conteo de calorías y la planificación de comidas podría limitar la capacidad para realizar una gestión eficaz de los recursos atencionales implicados en la conducción y mantener un nivel de alerta adecuado según la demanda de la situación y teniendo en cuenta todos los factores de la vía, del vehículo y del resto de usuarios.
También es necesario tener en cuenta los riesgos viales derivados de la toma de medicamentos para tratar su trastorno, por ejemplo, ansiolíticos y/o antidepresivos. Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y recoge la DGT, los efectos adversos de estos medicamentos en la conducción se relacionan con la reducción de reflejos, somnolencia, y mareos entre otros. En estos casos es necesario informar a su médico y tomar las debidas precauciones al volante.
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