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Noelia Soage
MADRID
Domingo, 2 de mayo 2021, 00:44
Ferrari es significado de belleza y rendimiento. Y si a esto le añadimos maniobrabilidad, dinamismo y comodidad, tenemos como resultado a uno de los automóviles de referencia dentro del sector de los superdeportivos. Hablamos del F8 Spider, un descapotable con el que disfrutar a cielo ... abierto de una conducción realmente extraordinaria. Quizás sea muy difícil de definir una experiencia de conducción en un coche como este, pero si lo tengo que decir en una sola palabra sería gratificante.
Así es la conducción de este Ferrari que destaca sobre todo por fusionar un gran dinamismo en carreteras curvas de montaña con un sorprendente agarre y confort a bordo. Cerca de 70 kilómetros por carreteras sinuosas de la sierra de Madrid han sido nuestro objetivo para sacar todo el potencial de este F8, equipado con el V8 montado en la parte trasera central más elogiado de la historia. En concreto, ganó el 'Premio Internacional al Motor del Año' durante cuatro años consecutivos (2016, 2017, 2018 y 2019) y también fue seleccionado como el mejor motor de las últimas dos décadas. Una hazaña sin igual.
Las especificaciones técnicas del V8 son realmente excepcionales. Su propulsor libera 720 CV y 770 Nm de par, pura emoción. Cifras que le otorgan un rendimiento extraordinario, que parecen que puede desbocarse en tus manos, pero es muy seguro: de 0 a 100 km/h en solo 2,9 segundos y 340 km/h de velocidad punta. Aunque si se le quiere exprimir todo el potencial, se debe activar la posición RACE, un rendimiento creado para disfrutar y controlar en circuito, más bien. También ayuda el Adaptive Performance Launch, que analiza el agarre a medida que el coche acelera y luego usa controles electrónicos para optimizar el par entregado para adaptarse al nivel de agarre de la carretera, reduciendo el deslizamiento de las ruedas al mínimo que, a su vez, maximiza la aceleración.
Aunque parezca que este cavallino es difícil de domar, sus niveles de rendimiento son ahora accesibles para que un mayor número de conductores, gracias a los sistemas de dinámica del vehículo, puedan conducir 'al límite' a través de una experiencia fácil y que inspira confianza. Entre algunos detalles está el FDE, un sistema de control de dinámica lateral que utiliza el software de Ferrari para ajustar la presión de los frenos en las pinzas. Es decir, este sistema de control está operativo en las curvas y en las salidas (pero no al frenar), también en condiciones de bajo agarre y en la configuración de RACE. Aún así, hacen falta unas manos expertas para sacarle todo el partido a este modelo que no ha nacido para trayectos diarios, si no para un fin de semana diferente.
Su color amarillo, porque no todos los Ferrari tienen que ser rojos, es lo primero que llama la atención allá por donde pasa. Luego su diseño y personalidad, con diferentes soluciones aerodinámicas integradas y por su ligero peso de 1400 kg. Sobresalen sus líneas laterales y sus grandes tomas de aire para refrigerar el motor, su capó nervado con un faldón bajo, así como su spoiler trasero, interpretación del 'cuello de cisne' de la Fórmula 1 (los pilares que sostienen las aletas traseras) que, a su vez, realza la personalidad ya poderosamente deportiva, y que envuelve las luces traseras; y sus colas de escape.
Es más, su frontal se caracteriza por el S-Duct (utilizado también en F1), básicamente un conducto que conecta la abertura central del morro con la parte superior del tabique; y por sus nuevos faros LED horizontales más compactos.
Pero aún más importante en el diseño de este modelo es su 'capota', en este caso un techo rígido retráctil muy cómodo que se divide en dos partes y guarda encima del motor. Solo tarda 14 segundos en desplegarse o replegarse y puede cerrarse o abrirse mientras vas en marcha hasta 45 km/h. Y de igual modo sobresale la capacidad del maletero, delantero, de 200 litros, más que suficiente para esa escapada de la que hablamos.
Cuando nos adentramos en este biplaza, el habitáculo nos invade, con un aspecto clásico y orientado al conductor que consigue que entables una relación parecida a lo que ocurre entre un piloto y su F1, con todos los controles 'a mano' en el volante. Destaca a simple vista el tablero, que incorpora un panel de vela de aluminio que sostiene el satélite central y continúa en el tablero mismo, y que incluye el grupo de instrumentos básico con su cuentarrevoluciones central. También su pantalla táctil, opcional, de 7 pulgadas con funciones tan necesarias hoy en día como el Apple Car Play, por ejemplo.
Eso sí, y aunque nos apene, el F8 Spider no es apto para cualquier bolsillo ya que parte de un precio (con impuestos incluidos) de 361.000 euros, aunque nuestra unidad de prueba, con todos los extras de carbono, alcántara y diferentes detalles en colores, asciende a 462.000 euros, impuestos incluidos en Madrid.
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