Probamos el BMW 118dA, ¿echaremos de menos la tracción trasera?

De la gama actual del Serie 1, probablemente el más racional y con la mejor relación entre precio/prestaciones sea el BMW 118d que hemos probado. Esta versión está disponible con cambio manual de 6 marchas o automático de 8 y hemos elegido la segunda alternativa.

El BMW 118dA rinde 150 CV que mueven con mucha alegría el conjunto y sin pedir demasiado a cambio. Gracias a soluciones aerodinámicas como la rejilla delantera activa (se cierra para mejorar la aerodinámica y se abre sólo cuando el motor necesita más refrigeración), la rueda libre de su caja de cambios automática (permite rodar con la máxima inercia cuando elegimos el modo Eco-Pro y levantamos suavemente el pie del acelerador) y la eficiencia de su motor diésel de 2 litros turbo, los consumos reales durante la prueba han sido muy ajustados:

• Urbano: 6 l/100 km

• Carretera: 4,1 l/100 km

• Autopista: 4,7 l/100 km

Las aceleraciones de este BMW permiten unos adelantamientos seguros y hay potencia más que suficiente para poder afrontar largos viajes con puertos de montaña y el coche cargado. Lo único criticable por el usuario de esta mecánica es su rumorosidad en ciudad. Por debajo de 60 km/h el ruido del motor diésel es tosco y se oye demasiado en el interior, aunque bastará con subir el volumen del equipo de audio (la unidad de pruebas contaba con una excelente calidad de sonido firmada por Harman Kardon) para que deje de molestar.

BMW 118dA 2020: tracción y más espacio

En la nueva Serie 1 el motor deja de ir colocado longitudinalmente para ubicarse alineado entre las dos ruedas delanteras, que serán las que tiren del coche. Esta disposición mecánica permite que el conductor pueda ir sentado más adelantado y dejar más espacio así a las plazas traseras. Si nos fijamos en la vista lateral de este BMW 118d frente a sus predecesores, veremos que el parabrisas va menos inclinado y que ya hay altura libre para la cabeza del conductor mucho antes. Con esta solución, la silueta del nuevo modelo puede que haya perdido algo de deportividad, pero los diseñadores lo han compensado con un frontal mucho más agresivo, una trasera que parece más ancha y algunos detalles cosméticos que, con el acabado del Pack M de esta unidad, terminan de darle ese toque sport que tan bien le suele sentar a los BMW.

El frontal está repleto de entradas de aire y pequeños spoilers para canalizarlo que le dan un aspecto muy llamativo, aunque también quedan expuestos a golpes. Los enormes faros full led proporcionan una excelente luz para conducir con seguridad por la noche y también tienen unas formas muy rasgadas que hacen que parezca más ancho.

En la parte trasera lo más llamativo es la doble salida de escape y el difusor del faldón, que reafirman ese toque deportivo, junto con las llantas opcionales acabadas en negro satinado y que contrastan muy bien con el Azul Misano de la carrocería.

Este cambio radical en la disposición mecánica sí se nota en el interior, que cuenta con unas plazas traseras dignas, aunque siguen sin ser las mejores de la categoría, lo mismo que el maletero.

La posición de conducción es muy buena gracias a unos asientos que, además de bonitos, recogen el cuerpo a la pefección y unos mandos que están bien distribuidos y a mano. La instrumentación es muy completa y legible, sobre todo si se paga el extra del Head Up Display como el de la unidad de pruebas, que proyecta la información sobre el parabrisas.

En cuanto a la calidad de ajustes y de materiales, se han cambiado las tornas y este BMW está a un gran nivel, incluso por delante de los que encontramos en el Clase A de su eterno rival.

BMW 118dA 2020: asistente con inteligencia artificial

También en equipamiento hay mejoras, como es lógico, en este nuevo Serie 1. Siguiendo los pasos del Clase A (que dio el campanazo con el sistema MBUX con su asistente de voz tipo Alexa) este 118d equipa este dispositivo que nos facilita muchísimo el manejo de la cantidad de aplicaciones y funciones que hay en el vehículo. Meter una dirección en el navegador, llamar a alguien, buscar una canción en medio de los gigas de ellas que tenemos en nuestras carpetas o subir la temperatura del climatizador es tan sencillo como pedírselo a nuestro asistente.

Por supuesto, en el móvil podemos descargarnos la aplicación de My BMW Connected Drive y poder interactuar con el vehículo, conocer su posición, abrir las puertas… siempre que tengamos activado el servicio.

Otro aspecto en el que destaca es en el de los asistentes avanzados a la conducción (conocidos como ADAS por sus siglas inglesas). Muchos ya estaban disponibles en la generación precedente, pero en ésta se ha mejorado su funcionamiento y precisión, como es el caso del control de crucero adaptativo, la alerta de colisión con frenado de emergencia, el asistente de mantenimiento en el carril, etc.

BMW 118dA 2020: no echamos de menos la tracción trasera

Hasta aquí hemos visto que el nuevo Serie 1 ha mejorado en todo a su predecesor, pero ¿qué pasa con la conducción?, bueno, pues más o menos lo mismo. Si somos sinceros, la mayoría de los conductores no son capaces de diferenciar si el coche que llevan es de tracción delantera o de propulsión, sobre todo con este nivel de potencias.

Este BMW 118d se conduce muy bien y no echamos de menos en absoluto la tracción trasera, es más, al contrario, agradeceremos tener más peso sobre el eje motriz cuando tengamos que conducirlo un día de nieve o con mucha lluvia, puesto que su motricidad en esas condiciones es claramente superior y es menos probable que nos quedemos en la cuneta.

En ciudad es un coche muy cómodo de conducir con el cambio automático y el sistema start & stop que es muy eficiente.

A la hora de salir de viaje con él valoraremos el buen compromiso entre confort y eficacia de sus suspensiones. Resulta mucho menos seco y más confortable que el Mini del que hereda la plataforma e infinitamente más estable y agradable de llevar en conducción deportiva que el X1.

En autovía y autopistas transmite mucha confianza y las reacciones son siempre seguras y predecibles.

Si nos gusta la conducción deportiva, tampoco nos defraudará. El eje delantero va muy bien guiado, con una buena dirección (por dureza y desmultiplicación) y una suspensión que hace que las ruedas obedezcan bien nuestras órdenes.

La parte trasera nos ayudará un poco si la provocamos, pero siempre con unas reacciones muy progresivas.

Lo único realmente mejorable es el tacto de los frenos. Al menos en esta unidad de pruebas, el pedal tenia un tacto demasiado esponjoso, como cuando el circuito de frenos no está bien purgado. Esto hacía que el primer recorrido del pedal no sirviese de mucho y que unas veces la misma pedalada frenase más que otras, lo cual resta confianza.

En definitiva, para la inmensa mayoría de los conductores, el cambio en el BMW 118dA ha sido muy positivo en todos los aspectos. Sólo unos pocos echarán realmente de menos la tracción trasera.