Mini Cooper SE: eléctrico, divertido, práctico y urbano

Su estética es idéntica al Mini de tres puertas con motor gasolina. Tan solo el diseño de las llantas, más aerodinámico, y algunos detalles, como el color de los retrovisores o el anagrama Mini electric repartido por la carrocería, permite identificar exteriormente al SE, además de, como es evidente, la ausencia de tubo escapes. También mantiene idéntico tamaño de maletero al de las versiones de combustión, con 211 litros. La principal diferencia a este respecto es que la carrocería se sitúa ligeramente más alta, 18 milímetros más, para mantener la altura libre al suelo, dada la ubicación de la batería.

Al volante, la aceleración es notable. Puede alcanzar los 60 por hora en solo 3,9 segundos, y los 100 en 7,3, cifras que firmaría cualquier compacto deportivo. El conductor puede alternar entre dos modos de retención. El modo por defecto equivale a lo que otros fabricantes denominan pedal único: basta con levantar el pie del acelerador para frenar. Un conmutador permite seleccionar un segundo modo, mucho menos intrusivo, pero que también retiene algo al levantar el pie del acelerador, con el fin de maximizar la duración de la batería.

La dirección es de tacto directo y agradable, mientras que la suspensión -con eje de articulación única en el eje delantero y suspensión multibrazo trasera- es firme sin resultar incómoda. Resulta perfectamente capaz de absorber los 145 kilos extra que suponen las baterías (la marca sobre la báscula asciende a 1.365 kilogramos, frente a los 1.220 que ofrecería un Mini Cooper S con transmisión automática Steptronic). El resultado es un coche que se comporta como un kart, con unas sensaciones muy particulares alejadas de la monotonía que ofrecen gran parte de los eléctricos actuales.

Un conmutador situado en el salpicadero permite elegir entre varios modos de conducción. El Sport ofrece una respuesta más directa; MID, equilibrio orientado al Confort, Green prioriza la eficiencia y Green+ sacrifica prestaciones (y desactiva la climatización) para estirar al máximo la autonomía. Ésta, de 32,6 kWh de capacidad bruta, ofrece una autonomía homologada de 235 a 270 kilómetros. Nuestra impresión, no obstante, es que cuesta alcanzar los 200 en una conducción normal mixta entre ciudad y autovía, más aún si se hace uso de la climatización. En un Wallbox en domicilio el Mini Cooper SE se puede cargar al 80% en dos horas y media; mientras que admite corriente continua (en carga rápida) hasta 50 kW, lo que permite recargar al 80% en 35 minutos en un punto de alta potencia.

Los compradores pueden optar entre dos pantallas diferentes de infoentretenimiento, de 6,5 ó 8,8 pulgadas, que se suman al cuadro digital de instrumentación -que se desplaza de forma solidaria al volante-. Se puede escoger asimismo entre cuatro paquetes de equipamiento: S, M (con cámara de marcha atrás y asistente e conducción), L (con head-up display proyectado sobre una lámina de metacrilato y asistente de aparcamiento) y XL (que añade un techo de cristal panorámico retráctil). Los precios parten de 33.950 euros, antes de ayudas, hasta los 41.000 del acabado XL.