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A. Noguerol
Lunes, 12 de diciembre 2022, 00:49
Para estar confortables durante los desplazamientos, tanto en carretera como en ciudad y con bajas temperaturas, los conductores deben recurrir a la calefacción interior del coche. Sin embargo, en algunas ocasiones no se hace un uso correcto del sistema de climatización del vehículo, lo ... que puede terminar afectando su funcionamiento.
Además un uso incorrecto tanto de la calefacción como del aire acondicionado puede provocar que aumente innecesariamente el consumo del vehículo. Si recurrimos a llevar un abrigo al volante es frecuente que ocurran dudas sobre si nos pueden multar por llevar ropa inadecuada a la hora de conducir. Lo cierto es que no se prohíbe expresamente llevar un tipo de ropa determinado, pero esto significa que está en la interpretación del agente.
Oficialmente, el Reglamento General de Circulación establece que los conductores «están obligados a mantener su propia libertad de movimientos» (artículo 18.1 del RD 1428/2003), y de «mantener en todo momento las condiciones de controlar sus vehículos» (art. 17.1). Así que, de entrada, existen ciertas situaciones que pueden acarrear problemas. En invierno el problema puede ser precisamente la limitación de movimientos, con tres grandes sospechosos: los abrigos voluminosos, las botas gruesas y los guantes.
Por lo tanto, siempre es mejor recurrir a la calefacción del vehículo para conducir con mayor seguridad y evitar problemas. Así, desde ALD nos ofrecen una serie de recomendaciones para tener el coche a una temperatura adecuada sin necesidad de gastar más combustible o forzar el vehículo, así como evitar fatiga en la conducción.
Tanto en invierno como en verano la temperatura ideal para el habitáculo del vehículo es entre los 19 y los 22 grados. Tenerlo por encima de eso puede resultar peligroso para la seguridad vial, ya que el calor excesivo provoca somnolencia y fatiga en el conductor. Además, poner la calefacción muy fuerte también puede ser perjudicial para el propio vehículo, pues puede forzar el motor del sistema de climatización y generar un mayor desgaste del mismo.
Antes de empezar a usar la calefacción es importante asegurarse de que los conductos del radiador no estén obstruidos, tras varios meses sin usarse. Una vez encendido el vehículo, debemos esperar unos minutos antes de poner la calefacción. Hay que recordar que el sistema de climatización de los coches está ligado al motor, ya que funciona con la energía térmica provocada por la puesta en marcha del mismo. Por eso, hasta que el motor no esté caliente, la calefacción no funcionará correctamente.
La calefacción excesiva puede provocar que el vehículo consuma más carburante, por ello debemos buscar en todo momento hacer un uso eficiente de ella. Una de las recomendaciones para mejorar la distribución del aire caliente es direccionar la salida de la calefacción hacia los pies, ya que de forma natural el aire caliente tiende a subir, lo que permite calentar el resto del habitáculo.
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