Un vendaval de suerte deja 4,5 millones en la residencia de mayores San Fernando de La Granja

La alegría que este 22 de diciembre ha dejado en la residencia San Fernando de La Granja de San Ildefonso es indescriptible. El número 54.527 del quinto premio, suministrado por la administración número 4 de Segovia, ha repartido la alegría, el entusiasmo y las ganas de vivir entre las personas mayores residentes y los 52 trabajadores que tiene este centro privado ubicado en las inmediaciones de la pradera del Hospital. La residencia de San Fernando, que jugaba 15.000 euros en este sorteo extraordinario, ha repartido la friolera de 4,5 millones de euros entre participaciones de 10 euros y décimos. «Es mucho dinero y estamos muy contentos porque está muyb repartido entre residentes, familiares de residentes, trabajadores, familiares de trabajadores y vecinos particulares de La Granja que, por costumbre o tradición, se acercan a la residencia a comprar un décimo o una participación», explica Raquel Estebaranz, trabajadora de San Fernando.

Los mayores estaban especialmente emocionados. Alguno murmuraba que el premio le llegaba «un poco tarde», pero todo era algarabía. «Están muy emocionados. Se alegran mucho por sus hijos y por ellos mismos. Es verdad que a algunos les cuesta entenderlo porque ven que tú misma te aceleras y vas demasiado deprisa para ellos, pero cuando nos hemos calmado, se lo hemos explicado y la alegría se ha desbordado», añade Raquel.

Las recepcionistas, entre felicitaciones, besos y abrazos, no paraban de llorar de emoción. En cierto modo, ellas se sienten responsables porque eran las encargadas de vender los décimos y las participaciones. «Lo vendíamos en la recepción, como siempre. Es el mismo número de siempre. Llevamos comprando el 54.527 muchos años, no desde la apertura de la residencia, pero muchos años, y nunca había tocado. A veces lo jugado, pero premios importantes nunca. Es mucho dinero y se han beneficiado muchas personas, sobre todo los mayores residentes, sus familiates y los trabajadores. Yo estoy loca de contenta», confiesa María José Tello, una de las recepcionistas.

Este matrimonio de octogenarios residente en San Fernando estaba la mar de contento con los dos décimos que jugaba. Les han tocado 12.000 euros, suficiente para llevar mejor el coste de la residencia. «Lo necesitábamos porque cuesta mucho estar aquí. ¡Qué alegría, Dios mío!», exclama Victorio Calles, que nació sin piernas y con un defecto en su mano derecha. «Nunca en la vida me he tocado la lotería. No tengo piernas y ando con dos garrotas, pero tengo conformidad porque he vivido muy bien con mi mujer. Todavía coge el coche de vez en cuando y me las arreglo para bajar a Segovia», añade. Su esposa, Maruja Martín, afectada por polio desde que era niña, estaba visiblemente emocionada: «Es una alegría muy grande porque es un dinero que nos viene muy bien. Además, hemos cambiado décimos con los familiares, con los hermanos, con los sobrinos, por lo que toda la familia ha salido beneficiada. Hay que disfrutarlo con la familia y en paz».