El segundo premio reparte 75.000 euros en una peña de 14 trabajadores de Rioseco

A media mañana, el grupo de Whatasapp de la peña echaba humo cuando salía el 21816, y, poco a poco, en medio de abrazos y gritos de alegría, iban llegando los componentes de la peña, acompañados en algunos casos de familiares, a la churrería de la calle San Juan para celebrar los más de 5.000 euros que recibirán cada uno una vez repartido el premio. Era el momento de recordar que Óscar, Cardi, Beni, David, Paco, Javi, Chuchi, Manolo, Gonzalo, Carlos, Jorge, Quique, Efrén y Jesús habían comprado con el bote de la peña diez décimos con todas las terminaciones para el sorteo de Navidad y otros diez para éste del Niño.

La gran alegría del momento también era expresada por los hermanos Javier y Begoña Eustaquio, quienes después de siete años regentando la Churrería JB (antigua Churrería Angelín) han dado ya un quinto premio de la Lotería de Navidad de 2016 y el tercero de un extraordinario de 2018. Por eso, «ahora, lo que nos toca es dar el primero», expresó Begoña, muy contenta porque el premio «se haya quedado en Rioseco y tan repartido». Además del décimo del segundo premio, los dos hermanos han vendido en este sorteo 20 series de décimos con premios de 40 euros por la terminación.

El gallego de Orense Óscar Amosa, llegado a Rioseco a trabajar hace tiempo, fue el que hace menos de un año tuvo la idea de hacer una peña «para tener algo de unión entre los compañeros». Amosa es el encargado cada semana de recaudar los 5 euros a cada componente de la peña para jugar a la Primitiva, la Bonoloto y la Lotería Nacional. Una peña en la que el joven Efrén Lobato, vecino de Barcial de la Loma, solo llevaba un mes inscrito y cuya parte del premio le vendrá muy bien para ayudar a pagar el coche nuevo que el viernes acababa de comprar.

Más emotiva es la historia del más veterano del grupo, Benito Mateo, quien hace casi un año sufría un grave accidente laboral que le dejaba imposibilitada la mano izquierda. Mateo, con 59 años, recordaba que en el brindis de la comida de la peña del 21 de diciembre expresó que les iba a tocar el segundo premio pues el primero ya le había tocado a él con el accidente.

Rioseco repartía así de nuevo la suerte en el sorteo de El Niño después de que en 2007 vendiera el primer premio, con 20 millones de euros, aunque fueron a parar a la localidad de Villardefrades.