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Trabajo silencioso pero necesario. Tanto, que son la primera línea de batalla en la guerra contra la covid-19. Los farmacéuticos atienden, asesoran y tranquilizan. Los farmacéuticos contienen parte de la saturación de la Sanidad y juegan un papel fundamental en esta crisis. Por ello, Rubén de la Peña, el titular de la farmacia del Edificio Europa de León es esta vez uno de esos héroes que desde la entrada en vigor del estado de alarma ha visto alterada su actividad.
Desde el 13 de marzo, ellos han pasado «de venir a trabajar a ahora dar un servicio». Antes podían tratar con proximidad al paciente y ahora eso está prohibido; antes sonreía y ahora lleva una máscara que no les permite mostrar esa sonrisa. Y es que cualquier defensa es poca ante un enemigo que no entiende de clases.
Otros testimonios
A la hora de dispensar medicamentos, como ocurre en un supermercado, mantener las distancias es fundamental. Por ello, han instalado unas mamparas, han reducido el número de mostradores y garantizan el metro y medio entre clientes y trabajadores. «El aforo máximo de la farmacia es grande y antes entraba todo el mundo hasta que casi salía la cola por la puerta; ahora solo pueden entrar dos y el resto tienen que esperar fuera».
Así se protege la primera línea contra esta pandemia. Y es que aquí, ahora, no solo sirven pastillas o jarabes. Muchos llegan a esta farmacia con alguna patología, sin poder acudir a su centro de salud, y optan por buscar la solución en el despacho de su barrio. Aquí ofrecen un servicio, la evaluación y comprueban si existe un problema o no.
«Muchos llegan nerviosos y tienen algo leve y piensan que es importante, pero necesitan que les digas que no es importante; a otros les dices que llamen al 1-1-2 y ahí les explican el mecanismo para llegar a un médico», explica a leonoticias.
Sin embargo, más allá del mostrador, poco o nada ha cambiado para Rubén de la Peña. La farmacia sigue abriendo 12 horas, al igual que lo hace el resto del año, por lo que nadie les echará de menos.
En tiempos de crisis también hay momentos para la felicidad y esa la generan los detalles más pequeños. El titular de este centro recuerda alguna de ellas. «El otro día llegaron cinco personas desde Llamas de la Ribera. Era domingo y la farmacia más cercana que les correspondía era esta. Pues bien, los que vinieron aprovecharon para hacer recados para todos los vecinos del pueblo».
También los hay que bajan todos los días a la farmacia para preguntar por una mascarilla o cualquier otro elemento de los que escasean en todo el país. Desde aquí recomiendan que, ante cualquier preocupación cojan el teléfono y pregunten por ellos. «Estamos teniendo cuidado de coger el teléfono a toda la persona que nos llama. Si tienen una preocupación de salud o dudas con algún medicamento, que nos llamen».
La recomendación de este farmacéutico para aquellos que lo estén pasando mal en el confinamiento es mantener la cabeza despejada y disfrutar de aquel hobbie para el que antes no se tenía tiempo.
Esa es la receta de Rubén, dedicarnos tiempo a nosotros mismos, que para cualquier problema de salud ya están ellos.
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