Reliegos ata cabos sobre el crimen de Katia: «Era una mujer sin enemigos»

Todos los vecinos coinciden en una frase «Katia era muy buena y trabajadora», aseguran mientras se muestran consternados por lo sucedido. Y es que Katia falleció, presuntamente, a manos de dos peregrinos a quienes acogía en su casa a cambio de que le ayudaran en el huerto.

«Yo pasaba por la finca de ella muchos días y no les veía allí para nada, no sé si harían algo en casa porque en la huerta no estaban», afirma a Leonoticias uno de los vecinos quien recuerda que otra persona, que también vivía en la casa, le había dicho que los echara «pero ella no se atrevía».

Fue precisamente la otra mujer que vivía en la casa, de nacionalidad eslovaca y que ya llevaba instalada varios años, la que denunció su desaparición el viernes 21 de julio. Inmediatamente los vecinos y la Guardia Civil comenzaron a buscarla hasta que fue hallado su cuerpo, el sábado a mediodía, en el pozo del huerto que regentaba. Su coche apareció a un kilómetro de su vivienda, en una finca a la que ella iba a trabajar. En su interior, según ha explicado un vecino entrevistado por los medios, habría un instrumento musical y restos de sangre.

El martes el pueblo despedía a Katia en el cementerio a pocos metros de su casa todavía impactados por la noticia aunque aliviados después de la detención de sus supuestos asesinos en San Justo de la Vega.

Los detenidos son dos hombres de nacionalidad portuguesa, mellizos y que ya habían sido identificados por la Guardia Civil en Mansilla de las Mulas hace poco más de un mes. Este miércoles, tal y como ha anunciado la delegada del gobierno Virginia Barcones, han pasado a disposición judicial tras declarar la jueza el secreto de sumario.

En principio todo apunta a que fue una pelea la que desencadenó el crimen, quizás provocada porque Katia les pidió a los dos hombres que abandonaran su casa. Según parece los hechos se cometieron en el interior de la vivienda y posteriormente trasladaron el cuerpo de la mujer, en su coche, hasta el pozo en el que dejaron el cadáver. Los signos de violencia del cuerpo indican que estos fueron provocados antes de arrojar a Katia al pozo.

Por el momento la Guardia Civil, según informa la Subdelegación del Gobierno, mantiene abiertas todas las hipótesis aunque esta es la teoría que está cogiendo más fuerza. Tendrán que averiguar ahora cuál fue el motivo del crimen y si ha habido planificación en lo sucedido.

Tal y como narra el primo de Katia, ella se instaló en Reliegos, de donde era natural su familia, hace unos años para poner en marcha un proyecto de huerto ecológico aunque también trabajaba en un bar en Mansilla de las Mulas y asistía a personas mayores que necesitan ayuda en el hogar.

La mujer fue ganadora en 2018 del premio Tomate de Plata en la feria que Mansilla de las Mulas le dedica a este producto. Los vecinos han asegurado a los medios locales que era una persona conocida y querida, que «no tenía ningún enemigo en el pueblo».

Ahora, los calabacines, los tomates y las gallinas de Katia esperan en la Huerta de Reliegos mientras la Guardia Civil mantiene precintada una vivienda que trataba ser de acogida y ha acabado siendo el escenario de la violencia.