La primera refugiada ucraniana llega a Ponferrada tras «seis días de infierno»

Un mochila con unos leggins, una camisa, un gorro, un jersey, un ordenador, cepillo de dientes, algo de comida, dos euros en el bolsillo y lo que llevaba puesto es lo único con lo que Ianina Krupska, de 35 años y profesora de idiomas, salió de Ucrania. Gente que conoció en Kiev se encargó de pagar su viaje y la acompañó hasta Barcelona, donde el hijo de su amiga Irina Rudenko le ayudó a alcanzar la capital berciana.

«Llegó cansada y sólo habla del infierno que pasó durante seis días, cuatro de ellos en viaje, viendo disparos en la carretera, trozos de bombas, fuego después de un ataque...», ha relatado su amiga Iryna en sus redes sociales, emocionada todavía de haberse podido fundir en un largo abrazo con Ianina en Ponferrada.

Una familia berciana se encargó de hacer frente «a lo más básico que le faltaba» a su llegada a la comarca. Ahora, ya a salvo en El Bierzo lejos de las bombas y los ataques de las tropas rusas, Ianina desea traer también a la capital berciana a su madre, su hermana y una sobrina de cuatro años, que «es como una hija para ella», relata Luciano Arias. «Solo piensa y habla de ellos, deseando que estén a salvo». Ese es su mayor deseo, tal y como explica su amiga Irina Rudenko.

La acción de ayuda a Ucrania impulsada desde la capital berciana va más allá y sigue adelante dando nuevos pasos. Concretamente este sábado aterrizarán en Madrid otras siete personas que esperan su salida para venir a Ponferrada desde Varsovia. «Son dos madres con tres jóvenes y dos niñas», indicó Luciano Arias. Asimismo, otras 20 personas esperan en la frontera su turno para cruzar, desafiando a las bajas temperaturas que registra el país.

«Estamos cansados y alegres de que una persona esté a salvo», subraya Irina a través de las redes sociales, donde se muestra tremendamente agradecida por el apoyo que está recibiendo la acción de ayuda emprendida por parte de la sociedad berciana para salvar al pueblo ucraniano del horror de la guerra.

Se trata de un 'milagro' en el que pueden colaborar toda aquellas personas que lo deseen con una ayuda económica a través del número de Cuenta Santander One ES75 0049 5263 4324 9763 4121 o aportando «cualquier cosa». «Una infusión caliente, una sonrisa o unas palabras de ánimo ya son una gran ayuda», concluye Iryna, que espera que la acción de ayuda impulsada desde Ponferrada pueda tener eco para salvar la vida de muchas más personas.