El primer bebé de 2023 se hace esperar cinco días en El Bierzo

El último día de 2022 el centro sanitario principal de la comarca leonesa registró tres nacimientos, pero el primer bebé del nuevo año se hizo esperar cinco días en el centro hospitalario que da servicio en Ponferrada a una importante franja territorial de la provincia leonesa.

Los días sin partos no son algo nuevo en algunos hospitales de Castilla y León. El Río Carrión palentino vio nacer al último pequeño llegado al mundo en el 2022 el 29 de diciembre y hasta la tarde de Año Nuevo no llegó el siguiente, Abel, que inauguró la lista de los nacimientos en la provincia de Palencia para 2023.

Soria, en 2022, tuvo que esperar hasta el 2 de enero para dar la bienvenia a su primera ciudadana. La niña, Camila, nació a primera hora de la tarde de ese día.

El pequeño Luka se incorpora así a la nómina de primeros bebés del 2023. En ella están Andrea, en Valladolid, que asomó a las 3:38 horas de la madrugada del primer día de año. Lo hizo una hora tranquila para el Río Hortega, mientras las bengalas, el champán y la música sonaban en cada rincón de Valladolid. Sus padres son Fidanka Antonova Andreeva y Mariyan Toshkov Raykov, unos apellidos marcadamente extranjeros, pero ya hechos a España.

El primer nacimiento de 2023 en la provincia de Segovia no se hizo de rogar como ha ocurrido en otros inicios de año. El protagonista se llama Mateo y vino al mundo en el Hospital General casi seis horas después de las campanadas,, según la información facilitada por la Gerencia de Asistencia Sanitaria. Un primer segoviano madrugador si se compara con 2018, cuando hubo que aguardar hasta el 2 de enero para dar la bienvenida al primer recién nacido de la provincia.

Los últimos datos de Instituto Nacional de Estadística enlazan con esa realidad de los paritorios, que ponen en relación con otra, la de los funerales. No hace tanto que Castilla y León rebasaba con holgura los ocho mil nacimientos en los primeros seis meses del año. En 2016 se remataba junio con 8.240 bebés entre las nueve provincias de la comunidad. Pero justo en ese punto comenzó un descenso vertiginoso que llevó a quedarse, en 2019, a tiro de bajar de los siete mil (7.111). Y en los dos últimos años los nacimientos se han estabilizado en un entorno demográficamente peligroso: 6.311 en los primeros seis meses del pasado 2022, por los 6.276 de 2021. Un levísimo incremento del 0,56%.

La tendencia a tener hijos en edades cada vez más avanzadas se hace patente incluso en rangos tan estrechos como los últimos seis años. Si en 2016 un 35,2% de los nacimientos en Castilla y León (en los seis primeros meses) eran de madres de entre 30 a 34 años, en 2022 ese porcentaje se ha rebajado al 31,6%. Se mantiene en torno al 32% el de las madres de 35 a 39 años pero sube de un modo relevante el de las mujeres con más de 40 años.