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Unos pacientes esperan su turno en el quirófano de la ciudad africana de Dakar.

Mirando a África a los ojos

El oftlamólogo del Hospital de León Jorge Sánchez vuelve a viajar a África, esta vez a Senegal, para operar junto al almeriense Joaquín Fernández y de la mano de la fundación Elena Barraquer a 350 pacientes en cinco días

N. Brandón

León

Jueves, 16 de enero 2020, 11:34

«Su confianza en nosotros, es ciega, nunca mejor dicho». Con esta frase, Jorge Sánchez, especialista del Servicio de Oftalmología del Complejo Asistencial Universitario de León, define en todos los sentidos la que ya supone su tercera expedición solidaria a África en colaboración ... con la fundación Elena Barraquer. Siete intensos días en el que el objetivo era claro y evidente: operar al máximo número de personas en cinco días.

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Una misión que partía el pasado 4 de enero hacia Dakar, una ciudad del país de Senegal a más de 5.000 kilómetros. Tres profesionales del Hospital de León, el propio Jorge más sus compañeras enfermeras Sonia de la Fuente y Belén Saiz, han participado en esta acción médica solidaria bajo el sello de Elena Barraquer, oftalmóloga de reconocido prestigio, como ha premiado recientemente la Asociación americana de oftalmología.

Once personas en total que, cargados con 20 bolsas en las que desplazan todo lo necesario, desde aparatología hasta material, desembarcaban en Dakar para devolver la vista a 350 personas. «La dificultad es el tipo de cataratas por una evolución muy larga y en pacientes que llevan sin ver años. Hay de todo, pero suelen ser jóvenes porque la esperanza de vida es más baja, por la exposición solar y por la raza negra», relata el propio Jorge Sánchez. Dos cirujanos se encargaban de estas operaciones que en España suelen durar 10 minutos, pero allí tienden a extenderse. «También me llevo la experiencia de operar junto a Joaquín Fernández, patrono de la fundación y nuestro jefe de servicio en Senegal. Para mí es, además, el mejor cirujano de España».

Sor Regina, en el centro de la imagen.

El descubrimiento de la monja leonesa Sor Regina

Pero este viaje, además ha dejado un hallazgo casual y 'divino' para el equipo médico. En una intrusión por uno de los barrios de Dakar, conocieron a Sor Regina, una monja leonesa que lleva más de 20 años en Senegal. Esta religiosa desarrolla sobre el terreno una labor social gracias a una escuela en la que desarrolla formación a mujeres en educación, alfabetización, algo de salud básica, nutrición, y conocimientos que puedan emplear profesionalmente para obtener rentabilidad económica como artesanía o costura. «Es un impulso para esta zona y también para los niños, que seguramente sin Sor Regina, no tendrían ningún tipo de futuro». Un escenario, el de este barrio africano, que impresionó a toda la expedición, porque tal y como explica Jorge, es «dantesco que todavía en el mundo vivan niños así, en malas condiciones y que nazcan en este entorno».

Su jornada comenzaba bien temprano, a las 6 de la mañana, y las operaciones se extendían de 8.00 a 20.00 horas. Un esfuerzo, que, sin duda, merece la pena para todo el equipo y en especial para este cirujano afincado en León, que señala un caso sensiblemente emocionante. «El caso más emotivo fue el de una niña de 16 años que tenía cataratas de nacimiento y al día siguiente de la operación ya empezó a ver. De repente empezó a llorar y todos lloramos con ella. No sabíamos si iba a ver o no, tenía un carácter introvertido, no hablaba nada y de repente vimos que nos estaba viendo y que la operación había salido bien».

Esta supone ya la tercera expedición para Jorge, que con anterioridad había participado en las de Mozambique y Gabón, el pasado año. «Esta ha sido la vez más dura en cuanto a trabajo, porque hemos operado mucha más gente, pero siempre es como la primera vez. No desarrollas ninguna tolerancia a esta realidad».

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Ya de vuelta en León, el contraste es evidente, sobre todo, en la gratitud de los pacientes. Así lo siente el propio Jorge. Admite que «aunque allí la gente no sabe lo que les vas a hacer, se tumba y tienen más confianza. En la relación médico paciente se han perdido el agradecimiento y la confianza. Aquí a la gente le cuesta dar las gracias, es más por protocolo». Al final, también en esto, hablamos de dos mundos.

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