Un leonés conviviendo con el Covid-19 en Oklahoma: la 'social distancing' de seis pies

Hasta ahora el día a día era tan conocido como excitante resulta convivir en la Norteamérica profunda: disfrutar de los suyos, dar clase, ser un agitador de las redes sociales españolas con su cuenta de twitter (@cazurreandoenok) y disfrutar de una tierra agradecida con el esfuerzo y el empeño personal.

«La experiencia vital aquí es única, formidable diría yo, lo único malo es la distancia que me separa de la tierra pero hay muchas cosas que compensan al estar aquí», asegura.

Sin perder esas buenas sensaciones reconoce que hoy se siente preocupado por el avance del Covid-19. En la segunda ciudad más importante de Oklahoma, basada en la industria del petróleo, los casos apenas superan los dos centenares y el número de fallecidos no alcanza a la media docena.

Pese a ello, y viendo la 'experiencia europea', el gobernador Cuomo se ha adelantado a la hora de tomar medidas restrictivas: «Aquí hay una legislación federal, Trump para que nos entendamos, y una legislación estatal que depende del gobernador. Y está claro que no va de la mano».

No se acompasan los tiempos en función de las administraciones pero a nivel local han llegado las restricciones para evitar que la pandemia gane terreno. «Se ha ordenado el cierre de los establecimientos no básicos, no hay confinamiento por el momento, pero sí hay una orden que fija la denominada 'social distancing' de seis pies, unos dos metros», asegura.

Sin alcanzar aún los extremos vividos en España los hábitos hábitos sociales. «Hoy mismo nos han hecho llegar que se cierran los colegios, por lo que las clases del último cuarto de curso la daremos online a los alumnos. Aquí el colegio termina en mayo y por eso se pierde menos clase. Ya digo que sin llegar a la situación de Europa las cosas aquí comienzan a cambiar, se está cerrando todo y por ejemplo la comida de los restaurantes solo se puede realizar desde el coche, lo que aquí se llama el 'Drive-thru'».

En Estados Unidos, además, se añade un problema extra: el sistema sanitario. «Los españoles no sabemos la suerte que tenemos con la sanidad pública con la que contamos. La sanidad española es un lujo. Aquí la sanidad es de pago y la gente tiene miedo a coger el coronavirus porque la atención médica podría suponer un dinero que muchas personas no tienen», sentencia.

Y añade: «Aquí ya digo que llevamos con medidas restrictivas como desde hace una semana. La cosa va a ir a más porque no se toman medidas a nivel federal. Todas las ligas deportivas que terminaba en dos o tres meses han terminado y las que comenzaban ahora como fútbol o béisbol fueron aplazadas hasta mayo. Las cosas se están complicando».

Cuando desde Estados Unidos se mira a España, a León y a la Virgen del Camino, se tiene una sensación que entremezcla «la incertidumbre y la preocupación». «Estamos preocupados por la familia. Por ejemplo mi padre tiene lo que ahora se llama como patologías asociadas y está con mi madre confinados por seguridad. Cuando te metes en casa en un piso pequeño los días se terminan haciendo duros y en eso aquí tenemos ciertas ventajas porque todas las casas tienen jardín y patio».

Con todo, mantiene aliento y optimismo. «Todo pasará», sentencia. Y cuando pase regresará la normalidad: los viajes por Estados Unidos junto a su mujer y sus hijos, las clases en el colegio, los esporádicos viajes a España y, por supuesto, los partidos de La Virgen del Camino y la Cultural en la distancia.