«Jugué 4.500 euros en un sólo día. Me llegaba la nómina y un día después, estaba sin dinero»
Día Mundial sin Juego de Azar ·
Un jugador rehabilitado anónimo de la provincia de León relata su experiencia con el juego de azar, al que comenzó «sin darle importancia, en el bar del pueblo» y acabó obligándole a pedir créditos e, incluso, a vivir un tiempo en la calle: «Es algo que te quita vida»
Es uno de los cientos de jugadores de azar que hay en España, también en la provincia de León. De forma anónima, en este Día Mundial Sin Juego de Azar, abre su corazón y relata su dura experiencia vital donde las máquinas tragaperras se convirtieron en un pozo sin fondo en el que no solo se fue su dinero, también su tiempo y su vida.
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«He estado jugando durante 22 años», relata, sabiendo que emprendió de muy joven, con tan solo 17 años, un camino que nunca debería haber tomado. El germen de esta adicción, de la que está saliendo poco a poco gracias al trabajo del Centro de Orientación Familiar, sito en la Escuela de Trabajo Social de León, tuvo lugar en un bar.
«Iba todos los días con mis amigos a tomar café. Allí, poníamos cada uno 100 pesetas para jugar en las tragaperras y un día nos dio 2.500 pesetas del premio especial», recuerda. Así fue como este leonés entró en este oscuro mundo: «Empecé a jugar solo esperando un premio así».
Reconoce que en los primeros momentos «no le das importancia», incluso en instantes en los que «jugaba 2.000 pesetas, me daba 500 de premia y las volvía a doblar». El juego ya era un problema para este leonés pero, sin embargo, él no lo había detectado.
«Gasté 4.500 euros en un sólo día»
El momento en el que se percató de que el juego ya no era diversión y sí era ya una importante adicción se produjo en el momento en el que «cobrabas un día y al siguiente ya no tenías dinero». «Llegué a gastar 4.500 euros en un sólo día, y no fue en una única ocasión», señala.
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Todo esto provocó que no tuviera dinero para lo básico, algo que llegó a pedir a sus familiares y gente conocida e, incluso, a los bancos. «Tuve que pedir créditos a causa del juego», explica este leonés, que asegura que estuvo durante un tiempo «viviendo en la calle» ante la difícil situación económica que sufría a causa del juego.
Ahora, su vida ha cambiado. Lleva cuatro años yendo a terapia en este Centro de Orientación Familiar pero reconoce que el giro de guión definitivo llegó hace dos años. «Al principio iba, más que por mí, por mi familia, pero hasta que no me he convencido realmente que tenía que hacerlo por mi, no he dado un paso adelante», señala este jugador en proceso de rehabilitarse, que suma dos años sin recaer.
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«No sólo te quita dinero, el juego te quita vida»
«La familia y los amigos son básicos para salir de esto. A mi me han ayudado mucho, en especial mi actual pareja, que es la que me ha apoyado y la que me ha empujado a venir a las terapias, a las que me acompaña», señala.
Por último, quiere dar un consejo a todos los que están inmersos en este problema o que empiezan a jugar: «Esto es pan para hoy y hambre para mañana. Tienen que verlo en global, pensar en lo que gastan en una semana y cuánto es lo que ganan. Un día puede salir bien, pero sueles perder dinero, pero también tiempo con la familiar. En definitiva, pierdes vida».
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En el Día Mundial sin Juego de Azar, este leonés ha tenido valor de contar su caso, relatar su experiencia. El juego le ha hecho «perder vida», pero ahora ve el futuro mucho más esclarecido gracias a un gran trabajo para dejar atrás su adicción.
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