Ardón: la gratificante labor de un alcalde en el medio rural

La actualidad de los pueblos de nuestra región está marcada por las dificultades que afrontamos desde los ayuntamientos, con la lucha contra la despoblación como uno de los principales caballos de batalla. Esta pelea sabemos que es ardua y compleja, pero ayuntamientos como el de Ardón trabajamos para resolver esa problemática a través de la potenciación de nuestros servicios públicos. De esta manera, en nuestro municipio hemos renovado las luminarias por unas de LED, de mayor ahorro energético, y hemos intentado dotar a los consultorios médicos de medios para que pueda trabajar con unas mayores garantías de comodidad.

Pero, aunque los ayuntamientos pongamos de nuestra parte todo lo que está en nuestras manos, necesitamos ayuda para generar empleo y para paliar esa sangría que es la despoblación. En Ardón tenemos posibilidades como las de los viñedos, los áridos o los pellets, con los que poder mantener la zona. Y sorteamos los problemas con la humanidad y cercanía por los que siempre se ha distinguido nuestra localidad, intentando dar una vuelta de tuerca a las cosas complejas y resolverlas, porque, aunque cueste, no queda más remedio.

La labor de un alcalde de pueblo es cada vez más complicada, aunque gratificante. Los vecinos que no comparten sangre contigo a menudo se convierten en parte de tu familia; entre ellos mismos sienten cercanía frente a los problemas del día a día, y en el caso de quienes formamos parte del Ayuntamiento, buscan una comprensión y el apoyo que brindamos en la medida que nos es posible. Esa proximidad me parece fundamental, a pesar de que algunas veces algunas cosas trascienden de la labor de cualquier regidor y existen cuestiones, como el poder conseguir determinados servicios, que no siempre dependen de nosotros, bien debido a la falta de apoyos o bien por las dificultades generales que atraviesa la sociedad actual.

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