Los guardias civiles que cerraron un bar cantando el 'Cara al Sol': «Fue una venganza personal»
Los agentes defienden que no cerraron el bar con clientes dentro, donde aseguran que estuvieron «15 o 20 minutos» | También niegan que exhibieran sus armas y que obligaran a los clientes a meterse balas en la boca
«Fue una venganza personal, fruto de rencores». De esta forma han defendido su inocencia los dos guardias civiles que se enfrentan dos años de cárcel por un delito de coacciones tras el episodio del bar de Carrizo en el que, presuntamente, cerraron el local al son del 'Cara al Sol'.
En el Juzgado de lo Penal Nº1 de León los dos guardias civiles han reconocido durante una extensa declaración que en la madrugada del 13 de septiembre accedieron al local de la denunciante, que se encontraba sola, negando la presencia de su pareja y tres turistas.
Una vez en el local, donde permanecieron «15 o 20 minutos a lo sumo», los dos agentes informaron de la posible sanción por fumar en el local dado el fuerte olor a tabaco que aseguran que encontraron.
Según su declaración, posteriormente abandonaron el lugar y retomaron sus rutas, negando tajantemente que alzaran sus armas al son del 'Cara al Sol', fumasen, consumieran alcohol u obligarán a los presentes a meterse balas en la boca «porque allí no había nadie».
Por todo ello, no se explican el por qué la propietaria del local cursó un año después de los presuntos hechos la denuncia, y se muestran convencidos de que fue «la baza que jugó» cuando iba a ser denunciada por una negligencia con la terraza.
«Esa historia tuvo que inventársela cuando el sargento iba a denunciarla. Pero ella no quería denunciar y fue el sargento por venganza personal», señaló unos de los acusados, que reconoció la mala relación existente con su mando.
Es más, advirtió que el sargento quería «que nos expedientaran para librarse de nosotros pero se le fue de las manos».

Una historia de película
Como se recordará, dos guardias civiles que prestaban servicio en la localidad leonesa de Carrizo de la Ribera se enfrentan a dos años de prisión por un presunto delito de coacciones ocurrido en septiembre de 2013 en dicha localidad.
Según el relato de la Fiscalía los hechos ocurrieron en la madrugada del 11 de septiembre del citado año cuando sobre las dos de la madrugada los dos agentes accedieron al interior de un bar de Carrizo, que en ese momento contaba con escasos clientes al encontrarse procediendo al cierre del local.
El relato
En el relato de los autos se detalla que una vez en el interior los ahora acusados, conjuntamente y puestos previamente de acuerdo, hicieron ostentación de su condición de guardias civiles asegurando que en el lugar «mandaban ellos».
A continuació obligaron a los presentes a fumar y a apagar sus teléfonos móviles procediendo al mismo tiempo a bajar la trapa del local y asegurando que de allí «no se movía nadie».
Balas y besos
Posteriormente pasaron al interior de la barra y se sirvieron bebidas alcohólicas poniendo música en el ordenador del local, incluido el 'Cara al sol'.«Asimismo sacaron sus armas reglamentarias con los cargadores y las colocaron encima de la barra obligando a los presentes a introducir balas en la boca y en las bebidas», según consta en el relato de la fiscalía.
Durante los hechos uno de los acusados intentó abrazar y besar a la propietaria del local diciéndole «eres mía».
La defensa
Tras el suceso se presentó la correspondiente denuncia con la apertura del procedimiento por el que ahora los agentes se enfrentan a dos años de prisión.
La defensa de los agentes, por su parte, asegura en su escrito que éstos «no agredieron, insultaron, vejaron, coaccionaron o amenazaron de modo alguno ni a la denunciante ni a persona alguna en el citado local».
Según su escrito los dos agentes se limitaron a «permanecer en el local al objeto de cumplimentar labores propias del servicio encomendado tal y como consta en las actuaciones».
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