El ganadero de la vaca arrollada por un tren: «Si la multa es de 38.000 euros, tendré que vender las vacas»

La historia parece el argumento de una mala película, pero es una realidad que está viviendo un pequeño ganadero de Ranedo de Curueño. José Ignacio no da crédito a la situación y asegura que «si la multa mínima es de 38.000 euros no se como voy a seguir, tendré que vender las vacas».

«Es una vergüenza, el tren no tiene daños, no iban pasajeros y no pasó nada», recuerda con impotencia el ganadero que se pregunta si «¿quieren que les compre yo un tren?». Tanto el afectado como los vecinos de la localidad y la comarca están «indignados» y lamentan como las localidades van perdiendo vecinos «y ahora encima nos quieren echar, esto es una vergüenza».

Un incidente que ha sorprendido por la noticia de un tren de Feve que atropelló a una vaca, pero José Ignacio remarca que eso no fue así: «El tren no la arrolló, solo la manco, pero en ningún caso la mató».

La multa de la Delegación de Gobierno nunca se había visto en la zona y el otro ganadero que hay en la localidad tampoco da crédito a la desorbitada sanción. «Igual no tienes incidentes en cinco años, pero luego en tres meses se te escapan cinco vacas», explica José Ignacio que no sabe cómo hará frente a la multa en caso de que los abogados de Asaja, que están tratando de ayudarle a resolver el conflicto, no consigan una retirada de la sanción.

«Me llegó una multa de 800 euros, que veo normal y por eso la pague», explica el ganadero, quien insiste en que es la primera vez que a algún vecino de la comarca se le multa por estos casos. «El tren ha pillado caballos, vacas y ovejas porque es muy fácil que se escapen de los cercados» y a ninguno de los propietarios le ha llegado sanción.

Desde la Delegación han considerado el hecho como «muy grave» y aún así han sancionado al ganadero con el 'mínimo'. «Las multas van de 38.000 a 347.000 euros», explica José Ignacio que se pregunta «¿nos quieren echar? Porque luego hablan de España vaciada».

Sólo quedan dos ganaderos en la localidad y ninguno más en la comarca. Una triste realidad a la que muchos llaman 'España vaciada' y que previsiblemente se seguirá vaciando si la situación de José Ignacio sale adelante.

El ganadero tiene aproximadamente 140 animales en la explotación y asegura que es «imprevisible» saber cómo van a actuar las reses. «A veces son los corzos los que nos tiran los cables y eso no se puede controlar», asegura José Ignacio que se pregunta «si las vías son suyas, ¿por qué no las cierran como hacen con las autopistas?».

El problema reside ahora en cómo controlar el ganado, ya que tal como relata el ganadero «es muy difícil que un animal se contenga, y es imposible atarles a todos».

Pedir un nuevo crédito o vender y cerrar la explotación. Son las dos opciones que maneja este ganadero en caso de que tenga que hacer frente a la multa.

La situación en los últimos años no ha sido buena y José Ignacio recuerda que lleva tres años en crisis. Todo empezó cuando la empresa que le recogía la leche «me dejó tirado», en esos momentos estuvo tres meses «que tuve que tirar la leche». La sequía y la falta de lluvias de los últimos años han hecho que los pastos no den suficiente forraje y en los meses de invierno José Ignacio ha tenido que comprar la alimentación. «Me gasto unos 6.000 euros al mes sólo en comida», a lo que hay que sumar el resto de gastos que tiene la explotación y los precios de las reses que no están es su mejor momento.