El exentrenador del Grisú dispone de diez días para su ingreso en prisión o se ordenará su búsqueda

Diez días es el plazo que tiene P. M. F., exentrenador del equipo femenino del Grisú, para entrar voluntariamente en prisión. Si no lo hace, se dictaminará una orden de busca, captura e ingreso inmediato en un centro penitenciario.

El hombre fue condenado por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de León a siete años y nueve meses de cárcel por un delito de vulneración de la intimidad, tres delitos de uso pornográfico de menores, otro de captación de menores y un delito de posesión de pornografía infantil.

Durante la temporada 2016-2017, grabó junto a su pareja, también condenada por estos hechos, a las jugadoras del equipo desnudas en los vestuarios. También filmaron a las hermanas de su novia en posturas explícitamente sexuales.

De hecho, su pareja también está pendiente de la ejecutoria para ingresar en prisión. Ella, que responde a las iniciales A. F. G., deberá cumplir una pena de cinco años y diez meses, inferior porque no se le atribuyó el delito de posesión de pornografía infantil.

El fallo de la Audiencia Provincial no fue recurrido por ninguna de las partes, si bien las defensas de los condenados y la Fiscalía solicitaron que se les conmutara la pena por un tratamiento y control psiquiátrico de por vida. Petición rechazada por la Audiencia de León por la gravedad de los delitos, el alcance de las penas impuestas y la «perversidad» demostrada por los condenados.

En el caso del exentrenador del Grisú, no solo fotografió desnudas a las jugadoras del equipo en los vestuarios, sino que «alguno de los delitos de uso de pornografía se cometió en la persona de una menor afectada por una minusvalía psíquica de gran alcance y en otra niña de apenas cuatro años de edad».

El auto destacó que no existe circunstancia alguna «que permita realizar un diagnóstico favorable de un comportamiento futuro» de los condenados. También echó por tierra el argumento esgrimido por la Fiscalía, que consideró «excesiva» las penas de prisión para los condenados. «Nosotros consideramos que ni es arbitraria ni discrecional ni excesiva ni desproporcionada».

Todo se destapó con la denuncia de una menor de 14 años, natural de San Sebastián, que acusó al exentrenador del Grisú tras intentar convencerla para que mantuvieran relaciones sexuales después de que este y su pareja engatusaran a la niña haciéndose pasar por productores musicales.

A raíz de esta denuncia y tras la investigación que llegó tras ella, la imputada confesó todo a la Guardia Civil de Villablino, de donde es vecina, de ahí que la Audiencia Provincial de León juzgase a los dos acusados.

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