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Luis Miguel Maestro, durante la entrevista. Noelia Brandón

«Hemos hecho un esfuerzo brutal, la gente no es consciente de lo que se ha visto en los hospitales»

Tiempo después de haber superado el coronavirus, el médico de Urgencias Luis Miguel Maestro asegura que se ha tratado de compensar la carencia de medios con el esfuerzo de unos sanitarios entregados

Nacho Barrio

León

Jueves, 21 de mayo 2020, 11:55

Días después de que el Gobierno decretara el estado de alarma, Luis Miguel Maestro cayó enfermo. Siendo médico de Urgencias del Hospital de León, la candidatura al contagio del joven facultativo era cuanto menos prometedora. 26 días sufriendo un coronavirus que ahora, una vez superado, asegura que no le supuso un cuadro clínico grave. Dolores, pérdida del olfato y gusto y malestar fueron los protagonistas de su baja.

«Sí, enfermé y tuve que apartarme de la asistencia; y la verdad es que fue lo que más me fastidio de enfermar, el no poder ayudar a mis compañeros en el peor momento», comenta ahora completamente curado.

En primera línea la batalla ha dejado poco tiempo a lo demás. Lo esencial era salvar vidas, como ocurre siempre entre las paredes del hospital. El motor de la lucha contra la pandemia lo han puesto ellos. Cuando han faltado medios, los sanitarios han echado el resto sin mirar el reloj, el bolsillo o las condiciones. Y, seguramente, no hemos visto ni la mitad de lo que ha pasado al otro lado de las puertas de Urgencias. eso lo tiene claro este médico del Hospital de León.

«Han sido días de mucho trabajo porque fue algo que explotó y empezó a crecer de forma exponencial, para mi servicio supuso tener que multiplicar esfuerzos, tener que reajustar toda la estructura del servicio, que trascendió a todo el Hospital» explica ahora Luis Miguel Maestro, que reconoce que el Complejo Asistencial de León tuvo que adaptarse según avanzaba la pandemia. Más aún en Urgencias, que aunque lamenta que «es el hermano menor al que nadie hace caso», sigue siendo la puerta de entrada a toda la asistencia hospitalaria.

Varios momentos de la entrevista. NBH
Imagen principal - Varios momentos de la entrevista.
Imagen secundaria 1 - Varios momentos de la entrevista.
Imagen secundaria 2 - Varios momentos de la entrevista.

Quizás durante estos meses se ha pasado por alto la vivencia del sanitario, volcado en la labor de contener el virus mortal más allá de sentimientos, dudas o preocupaciones. «Evidentemente pasas por muchas fases, primero te invade una sensación de responsabilidad para dar respuesta a esto como puedas; luego un poco de cabreo, porque no tienes todas las armas que precisas, tanto para atajar el problema como a la hora de protegernos», confiesa Luis Miguel, que no duda en aplaudir a sus compañeros «por hacer el trabajo lo mejor que hemos podamos con los medios que estaban a nuestro alcance».

Aunque sus síntomas fueran leves, el médico no solo sintió el miedo, sino que lo vio en los ojos de otros. «Lees lo que va saliendo, que puede haber combinaciones graves y claro que piensas. Cuando me acercaba al periodo de tiempo de siete a diez días, que es cuando ves si te vas a recuperar o puedes empeorar, sí que estaba preocupado», recuerda, aunque no esconde que «el miedo lo he percibido en los pacientes, en las caras de los que venían graves. Es algo que hemos comentado todos los compañeros, porque todos lo hemos vivido».

Todo cambió en quince años

No obstante, Luis Miguel Maestro no se deja en el tintero realidades tras superar la enfermedad. Este médico que ansía que Urgencias sea pronto una especialidad asegura que, detrás de las grandes dosis de vocación y amor al trabajo («probablemente el más bonito del mundo», asegura), existe una realidad que ha cambiado la forma de actuar.

«Espero que salgamos habiendo aprendido la lección de que los servicios públicos de un país tienen que cuidarse, no puede haber pelea política en esto. Habrá que hacer un análisis muy profundo cuando todo esto pase de por qué tenemos estos datos de mortalidad, cuáles han sido los factores que han determinado que tengamos esas cifras», apunta Maestro, que no duda en resaltar que la sanidad pública «ha perdido músculo en los últimos quince años con políticas de recortes que han implantado unos y no han sabido corregir otros, da igual el color político. Sin músculo público un país no puede salir adelante y hay que reforzarlo».

Luis Miguel y sus compañeros han notado el vacío. «No hay más que ver cómo hemos estado a nivel de dotación de materiales, es algo palpable que hemos sufrido todos los compañeros. Yo he enfermado y he tenido suerte de que fue leve, pero ha habido gente que ha estado muy mal», recuerda el galeno, que entiende que «la asistencia ha sido la que la gente requería pero sobre todo gracias al esfuerzo de todos los sanitarios, hemos hecho un esfuerzo brutal, la gente no es consciente de lo que se ha visto en los hospitales».

¿Hubiera sido mejor el combate sin recortes previos? «Si hubiéramos tenido un sistema de detección de alarma epidemiológica y un sistema de salud pública que no se hubiera desmantelado hubiéramos dado una respuesta no sé si mejor, pero sí hubiéramos estado más apoyados».

Las cifras, para Luis Miguel, hablan solas. «Cuando decimos que necesitamos material o más contratos no lo decimos por tocar las narices a nadie, sino porque creemos que hace falta y la sociedad lo necesita. Es cuestión de responsabilidad el denunciar que no se puede descuidar la sanidad pública».

Ellos han sido ese ejército de batas verdes y blancas contra el coronavirus. Son los héroes leoneses. Sin capa, sin bandera y, en muchas ocasiones, sin espada que empuñar.

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