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Un hombre de 68 años, vecino del municipio leonés de Crémenes, ha sido condenado hoy por el Juzgado de lo Penal número 2 de León, a seis meses de cárcel y al pago de treinta meses de multa por el envenenamiento y muerte ... de siete buitres leonados y un alimoche, han informado a Efe fuentes jurídicas.
Tras el juicioel coordinador del programa veneno en WWF España, Carlos Cano, ha evaluado en un comunicado la sentencia y ha destacado la relevancia de estas condenas «ejemplarizantes» por los envenenamientos de fauna y la importancia de luchar contra la lacra del veneno.
«Poner veneno en el campo no sólo supone un atentado contra la biodiversidad, sino que también es un delito que acarrea serias penas de cárcel"», ha advertido.
Ha ampliado que, como acusación particular, desde WWF pedirá a la Junta de Castilla y León que reclame al condenado el valor por las especies muertas y también solicitarán a la administración que adopte las medidas necesarias de recuperación del daño.
El condenado fue detenido en julio de 2015 por agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil acusado de un delito relativo a la protección de la flora y de la fauna y de tenencia ilícita de armas, municiones o explosivos.
Las investigaciones, que desembocaron en la detención de esta persona, comenzaron tras la localización, por parte de agentes medioambientales, de siete cadáveres de buitres leonados y otro de alimoche en el paraje conocido como Fuente la Burra, del municipio de Crémenes (León).
Todos las aves presentaban claros síntomas de envenenamiento y tras realizar la autopsia para determinar las causas de la muerte se hallaron restos sin digerir de carne de pollo en el buche de los animales.
Se determinó que el fallecimiento fue fulminante debido a la ingesta de alguna sustancia altamente tóxica.
Asimismo, con el apoyo de un perro especializado, los agentes hallaron en una explotación ganadera ubicada en el municipio de Crémenes, donde se localizó una bolsa que contenía cuerpos de pollo, una sustancia granulada de color azul asimilada al carbofurano con un peso aproximado de 200 gramos en el interior de un vehículo.
Las muestras de la sustancia asimilada a carbofurano intervenidas, fueron enviadas a un laboratorio toxicológico para su análisis y se determinó que dicho veneno fue el causante de la muerte de las aves.
Al ahora condenado también se le intervino una carabina de aire comprimido sin numerar y sin tarjeta de armas y cuatro cartuchos de postas, así como una escopeta del calibre doce con los cañones recortados y cargada con un cartucho de postas, han precisado fuentes jurídicas.
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