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Los plantígrados alimentándose del pienso en una finca de León. Fundación Oso Pardo

El oso se come el pienso de los ganaderos leoneses

El ganadero Avelino Álvarez asegura que no es la primera vez que los plantígrados entran en la finca situada en la provincia de León | El año pasado le mataron dos terneros

BELÉN G. HIDALGO

Villar de Santiago

Viernes, 29 de septiembre 2017, 10:53

Los osos campan a sus anchas por la finca que el ganadero cangués, Avelino Álvarez Batista, tiene en un monte de Villar de Santiago, en la provincia de León, lindando con Asturias.

Los plantígrados, según denuncia, se acercan cada vez más al pueblo y a las fincas donde pasta el ganado.

«En 2016, perdí dos terneros por el ataque del oso. Ahora van a por el pienso. No es la primera vez que los veo por aquí», afirma Álvarez Batista. Los animales, relata, se habrían comido varios sacos de pienso en los últimos días. «Estamos cansados de esta situación», lamenta indignado. A la incertidumbre de que los plantígrados puedan atacar de nuevo su ganado, se suman las pérdidas originadas por el pienso que se comen los osos.

80 vacasy 40 crías en el monte de León

Este ganadero de Bergame, en Cangas del Narcea, cuenta con 80 vacas y 40 crías solo en este monte de León. «Está claro que las administraciones tienen que tomar medidas», denuncia Álvarez Batista. Explica que los daños del oso a la ganadería se están convirtiendo en un verdadero problema para el sector ganadero.

«Estamos cansados de lidiar con esta realidad. Cada vez son menos los profesionales que optan por denunciar ante las administraciones los ataques que sufren sus animales. Se tarda mucho en cobrar la indemnización. A mí aún no me pagaron los dos terneros que me mataron el año pasado. Por eso, nos vemos obligados a recurrir al seguro», argumenta este ganadero. De esta forma, los ataques de fauna salvaje que figuran en las estadísticas oficiales no reflejan estos casos.

«No tiene miedo a nada»

Pero más allá de estos ataques a la cabaña ganadera, Álvarez Batista se muestra preocupado por los daños a la población. «Las alimañas no le tienen miedo a nada y cualquier día puede haber una desgracia», señala este ganadero.

Cuenta que, por la zona, se han visto varios osos adultos, así como osas acompañadas de sus respectivos esbardos. «No hace mucho que una niña andaba por el pueblo cuando se encontró una osa que iba con sus crías. Estuvo dos días sin hablar del susto que se llevo», recuerda.

También miran por las bellotas

Según apunta la Fundación Oso Pardo, el año ha sido particularmente seco en el área cantábrica de distribución de la especie. La lluvia caída ha sido de entre un 25% y un 50% menos de lo normal en una extensa zona que abarca Galicia, Asturias, Cantabria y buena parte de Castilla y León, especialmente Palencia, según los datos de la Agencia Española de Meteorología. Esto ha supuesto una pobre cosecha de algunos frutos carnosos, especialmente arándanos y pudios, aunque los equipos de la FOP han observado a los osos alimentarse de moras.

Por otra parte, la cosecha de bellotas presenta una producción irregular, con manchas de robledal repletas del fruto y otras zonas sin rendimiento, lo que está dando lugar a la concentración de ejemplares en áreas reducidas para aprovechar el recurso. Las patrullas de la FOP han constatado la presencia de hasta nueve osos alimentándose en una de esas pequeñas franjas de robledal cargadas de bellotas, con una aceptable tolerancia entre ellos.

La FOP también ha detectado tres casos, de carácter anecdótico, en que unos pocos osos han robado el pienso de los comederos que los ganaderos han colocado en los pastos altos para los terneros debido a la sequía. En concreto los tres casos se han producido en la Montaña Palentina, el Alto Sil leonés y el Alto Narcea asturiano. Estos comederos estaban siempre situados en zonas altas, lejos de cualquier núcleo urbano, y la presencia de los osos no ha tenido ninguna consecuencia conflictiva.

Circunstancias como la de este año, en que fallan otros recursos nutritivos, ponen de manifiesto la importancia creciente de estas áreas de robledal de alta producción en donde los osos se alimentan. Es por ello que se hace urgente protegerlas y catalogarlas adecuadamente en los planes de recuperación de la especie.

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