A la caza de Crespo, el preso fugado de León

Acudía, han remarcado, a los talleres de cerámica de los que era un habitual y donde mostraba algunas de sus habilidades. Sin embargo, los antecedentes no eran los mejores. Hace una década no regresó a prisión durante un permiso y fue localizado más tarde por los efectivos de la Guardia Civil, el mismo cuerpo que ahora le tiene en busca y captura.

Su fuga, se reconoce desde Prisiones, «no es lo habitual» porque las salidas terapéuticas están muy controladas y los internos deben pasar una criba que delimita con efectividad el nivel de riesgo. «Pero como se suele decir el riesgo cero no existe», han remarcado.

Este martes Crespo, junto a otros internos, había acudido a realizar labores de limpieza en el cementerio de Mansilla de las Mulas. Allí participó con normalidad en la actividad. Era un grupo que no precisaba «vigilancia especial» por lo que el monitor al frente del mismo no tiene responsabilidad alguna en la fuga.

Crespo se quedó rezagado en un paso de cebra. Allí aprovechó el paso de un camión de grandes dimensiones para en esos tres segundos de margen desaparecer. «Por un momento se vio libre y lo aprovechó», remarcan las mismas fuentes penitenciarias que ironizan sobre el resultado final de lo sucedido: «Antes o después, quiera o no, regresará a casa».