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León está en una de sus «mejores» temporadas de setas. El retraso de las heladas, el calor acumulado por las lluvias y la humedad han sido factores que han generado que los leoneses aficionados a la recogida disfruten de un otoño un tanto «atípico» para muchos.
Cesar Honra, Manuel Aller, Carlos Cano y su hermano Luis salieron la mañana de este miércoles 16 de octubre a buscar setas. Un plan habitual que, aunque por separado y cada uno con sus familias, llevan haciendo desde niños.
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Los años les han llevado a conocer decenas de tipos de setas es por ello que no se arriesgan a seleccionar las especies que dudan por la peligrosidad que puede conllevar.
Boletus Regius, Impolitus, Fragans, Aereus y Erythropus. Una especie que ya tienen dominada debido a los años que llevan sumando otoños en su recogida. La salida duró poco más de dos horas. A quince minutos de León los cuatro amigos se desplazaron en busca de boletus algo que, al llegar les sorprendió bastante.
Acostumbrados a que el tamaño sea más pequeño de lo habitual por ser el comienzo de la temporada observaron varias setas «mucho más grandes», según contaron a Leonoticias.
Desde las 12:00 horas de la mañana recorrieron diversos puntos de la montaña y vieron ejemplares mucho más grandes de los que recogieron aunque ya podridos y con gusanos además, evitaron coger otros tipos que desconocían para evitar contaminar su recolecta.
Una temporada «buenísima» y en la que «nunca antes habíamos visto tantas tan grandes juntas», indica Horna. Carlos Cano, que ya había salido quince días antes de esta última salida, fue en busca de Amanitas Caesareas, una especie típica de finales de verano que, con un color amarillento, es una de las setas más caras del mercado llegando su kilo a costar incluso 150 euros.
Pero la recogida de esta especie fracasó porque no pudo encontrar ninguna algo que, con el boletus fue todo lo contrario. Una recogida de kilos y kilos que, debido a las normas establecidas, tuvieron que parar y respetar. «Cogimos cinco kilos por persona porque es lo que marca la ley pero había para coger muchos más», confiesa el leonés.
Uno de los boletus que se llevaron a casa pesó un total de 1.400 gramos. Casi un kilo y medio de boletus que han disfrutado entre todos y con lo que aún se siguen sorprendiendo.
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