El padre del asesino confeso le ve cobarde para cometer el crimen él solo

Miguel Ángel Muñoz, asesino confeso de la peregrina de Denise Pikka, era un hombre violento y mentiroso. Así lo ha señalado este miércoles su expareja durante su declaración por videoconferencia en la que remarcó que el hoy acusado enseguida se ponía a dar voces y a gritar, con comentarios sexistas y racistas.

La mujer, madre de una hija no reconocida por el presunto asesino, aseguró sorprenderle la llamada de 45 minutos que éste le hizo al día siguiente de la desaparición de Denise porque únicamente solía contactar con ella dos o tres veces al año en las que le instaba a trasladarse a Castrillo junto a su hija. Eso sí, remarcó, durante la llamada su actitud era la habitual.

En ella, como era de costumbre, ya le trasladó que iría a visitar a su hija en julio y posteriormente en septiembre antes de que arrancase el curso escolar. Sin embargo, la testigo recordó que, en numerosas ocasiones con anterioridad al crimen, el hoy acusado había alegado que le tenían vigilado o pinchado el móvil para no trasladarse a visitar a su hija.

Es mentiroso, apuntó su expareja, que reconoció que en numerosas ocasiones le trasladó que mantuvo relación con las guerrillas de Colombia y México. De lo que dice a lo que es, concluyó.

Precisamente en esta misma línea se refirió el padre de Miguel Ángel, que negó las presuntas relaciones de su hijo con movimientos revolucionarios. Es mentira. Ha estado cinco veces en Colombia y nunca le han dejado solo por el peligro que hay. Algunas veces es un mentiroso, apuntó Juan José Muñoz, que además hizo alusión a los episodios de agresividad del acusado.

Durante su declaración, hizo alusión al infierno que vivió Miguel Ángel con su madrastra, una mujer colombiana aficionada a la videncia y otras prácticas esotéricas. Ella, dijo, tuvo una influencia muy negativa en sus tres hijos, que quedaron huérfanos de madre a muy temprana edad y que obligó a llevarle al psicólogo. A ella se suma, continuó, el grave accidente que sufrió su hijo mayor cuando apenas Miguel Ángel tenía 20 años.

El testigo, que se mostró reacio a que su hijo set trasladase a vivir a Castrillo de los Polvazares, hizo alusión al mosqueo que tuvo cuando entendió que se le intentaba echar el muerto del crimen de la peregrina a su hijo porque, según puntualizó, Miguel Ángel es un cobarde para hacer solo lo que se le atribuye. Tiene un pronto muy fuerte pero luego no es nadie cuando está solo.

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