rubén fariñas
Martes, 21 de marzo 2017, 12:32
El asesino confeso de Denise Pikka ya había sido detenido en anteriores ocasiones por presuntos asaltos a peregrinas en el Camino.
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En mayo de 2014 una caminante china ya denunció un intento de agresión en las inmediaciones del lugar donde tuvo lugar el atroz asesinato y en septiembre una peregrina alemana, Josephine Elisa Fisher, denunció un cambio de señales en el Camino de Santiago que la dirigieron hacia la vivienda de Miguel Ángel Muñoz. Por esos hechos, el acusado por el crimen de Denise fue detenido y llevado a calabozos, donde se negó a que le practicaran pruebas de ADN y finalmente fue puesto en libertad sin cargos.
Fisher explicó que su agresor llevaba un pasamontañas, por lo que no pudo reconocer la cara del asesino confeso de Denise, y que la atacó con una pistola eléctrica. Las gafas de la denunciante fueron encontradas justo delante de la puerta del domicilio de Muñoz.
La mujer, que llegó a ofrecerle 50 euros, por si el ataque tenía como objeto el robo, declaró que llegó al lugar confundida por unas falsas flechas indicadoras, que ya no estaban allí cuando acudió a la zona acompañada de la Policía.
«Un lugar apropiado»
Su domicilio está al lado del Camino, es la única vivienda de la zona y era «un sitio apropiado» para llevar a cabo actos delictivos, han sostenido los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
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La nueva sesión del juicio por el crimen de la estadounidense Denise Pikka ha recibido el testimonio de los agentes que registraron el domicilio del acusado. «Estaba tranquilo, no se encontró ningún objeto de la desaparecida y en ningún momento hizo referencia a los dólares que había encontrado», han mantenido los policías nacionales que estuvieron presentes aquel 30 de abril de 2015.
Los testigos de este martes también han manifestado que el detenido en ningún momento puso resistencia para que se realizara un minucioso registro en su domicilio.
El segundo registro fue forzoso
Un segundo registro, realizado el 10 de septiembre de 2015, una vez que éste había abandonado la vivienda para desplazarse desde la estación de autobuses de Astorga hasta Asturias, sí dio consigo el hallazgo de objetos que hacían sospechar de su implicación. «Había pintado la casa, retirado las placas solares, encontramos 38.000 euros, unos auriculares y una camiseta negra quemada. Fue un registro forzoso».
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Los agentes han mantenido que fue el propio Miguel Ángel Muñoz el que dirigió «en todo momento» la batida de búsqueda del cuerpo de la peregrina. «Nos tuvo dando vueltas, decía que no se situaba bien y que tenía que tomar como referencia unos pinos». Finalmente, y tras hora y media de búsqueda, logró dar con el lugar del enterramiento. «En ese momento se le veía más afectado».
La sesión se ha visto reducida debido a la renuncia de las declaraciones de los agentes que intervendrían en la segunda parte de la mañana. El juicio se reanudará este miércoles con las pruebas testificales de personas cercanas al acusado y vecinos de la zona.
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