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a.cubillas
Jueves, 15 de diciembre 2016, 20:45
Raquel Gago volverá a ingresar en prisión. 684 días después de que la agente de la Policía Local de León abandonase por la puerta de atrás la prisión de Mansilla de las Mulas, el Tribunal Supremo ratifica su condición de cómplice de asesinato y la condena a 14 años de prisión.
Un fallo que ha sido comunicado a la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de León a los efectos oportunos, por lo que Raquel Gago ingresará en prisión de inmediato aunque hasta el momento no se ha concretado la fecha exacta de su traslado.
Fue el 16 de mayo de 2014, cuatro días después del crimen de Isabel Carrasco, cuando Raquel Gago ingresaba en la prisión de Mansilla de las Mulas, donde permaneció durante 258 días, a pesar de que se valoró su trasladó a una prisión gallega.
Desde el inicio, el caso de la agente no se presenta sencillo. Su condición de miembro de los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado obligó a su mantenimiento en el módulo de ingresos, a pesar de esta zona de la prisión está percibida para que un interno no supere las 72 horas. Un debate que ahora se reabre con la decisión del Tribunal Supremo.
Un caso díficil
Los miembros de los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado son trasladados, de manera habitual, a las prisiones de Logroño y Sevilla, aunque en este caso estas cárceles carecen de módulos para mujeres. Todo ello generó una situación que no se había dado hasta ahora, al menos en los últimos años, y es que una policía mujer tenga que ingresar en prisión por un delito cometido, algo que estaba dificultando su traslado.
De ahí que Instituciones Penitenciarias barajase como primera opción la prisión de Ávila, una cárcel exclusiva de mujeres. Sin embargo, ambos traslados se rechazaron a la espera de que resolviesen la solicitud de libertad que cursó su letrado.
Tras cuatro intentos fallidos su abogado Fermín Guerrero lograba el pasado 31 de enero la libertad provisional de su clienta, que tras abonar una fianza de 10.000 euros, abandonaba la prisión de Mansilla de las Mulas sin dejar indiferente a nadie: en el interior de un vehículo blanco conducido por un funcionarios de la prisión para evitar ser captada por los medios de comunicación.
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