El asesino de Denise le cortó las manos y la trasladó en una carretilla

Las pruebas inculpatorias sobre Miguel Ángel Muñoz, más allá de su propia confesión, evidencian que sin ningún tipo de duda fue él quien urdió en un primer momento una trama para atacar a los peregrinos con el fin de obtener inicialmente dinero. Pese a que el móvil sexual ha estado sobre la mesa los investigadores creen que en realidad el asesino confeso perseguía como objetivo prioritario dinero.

En esa línea se enmarca el ataque sufrido por la peregrina norteamericana Denise Pikka Thiem, a la que atacó en la jornada del cinco de abril, después de que ésta pasara la noche en el albergue de San Javier, en la capital maragata.

Denise quería llegar a El Ganso, pero su vida se truncó con un huidizo personaje que terminó con su vida.

Según el testimonio del propio acusado golpeó con un palo a Denise y se desplomó por el efecto del golpe. «Murió al darse con una piedra», ha advertido.

Tras llevar su cuerpo a la vivienda prefabricada situada en las inmediaciones Miguel Ángel Muñoz optó por cortar con una sierra las manos de su víctima, pensando que así sería más problemática su identificación.

La policía localizó restos de ADN en algunas herramientas situadas en una caseta próxima a la casa principal.

37.000 euros

Además en el registro de la vivienda se localizaron 37.000 euros una cantidad que se supone corresponde en su mayor parte al dinero obtenido de diferentes 'asaltos' a peregrinos así como de los hurtos por la zona.

Miguel Ángel Muñoz cobra 400 euros como parado de larga duración una cantidad que, ni de lejos, le habría permitido obtener unos ahorros de ese tipo.