Padilla, descomunal en León

Hay toreros, y Padilla. La afición profesa a este maestro una admiración enorme que va más allá de sus sacrificios de su entrega al arte del toreo y de su sacrificio hasta perder un ojo en la plaza.

Con parche o sin él Padilla es un torero formidable, de leyenda, y en los tendidos su nombre causa sensación.

Este sábado, en el primero de la tarde, con media entrada y toros de Jandilla el 'Ciclón de Jerez' se ha llevado dos orejas.

Ante un animal muy noble y entregado por momentos, Padilla tras una faena de muleta basada en molinetes y circulares se ha llevado los aplausos de los tendidos. Acertado en banderillas y con una estocada entera se ha llevado el merecido premio ante el astado que abría la primera de feria.

En el segundo de la tarde a los toros de Jandilla les flojearon las fuerzas. Tanto que Paquirri, ovacionado en la entrada, tuvo que sufrir para intentar sacar partido a su astado.

Poco brío y pocas ganas ante la muleta por parte del toro, que tuvo su mejor momento en la suerte final. Con estocada entera Paquirri puso fin al segundo de la tarde solo con palmas como premio.

En el tercero de la tarde el tendido del coso leonés ha aplaudido de lo lindo a un Fandi preciso y preciosista. Si a Paquirri le correspondió un animal flojo el toro en suerte animó la faena y fue, por momentos, colaborador.

Con molinetes de rodillas y desplantes rodilla en tierra en el coso leonés las palmas se animaron de lo lindo, más aún en el remate final, con estocada hasta la empuñadura. Un aviso y dos orejas fue el resultado final de la faena.

Apoteósico Padill

Que Padilla es diferente lo dejó ver este sábado en el primero de la tarde, pero en su segundo -cuarto de la jornada- se dejó ver insultantemente atrevido, enorme en sus arrestos y con ganas de exprimir al animal.

Tanto que el público se entregó en cuerpo y alma y en la arena el diestro se puso al mundo por montera con el capote y sin el.

De principio a fin estuvo enorme y el premio fueron dos orejas y el rabo, con vuelta al ruedo para el animal.

Si Padilla enamoró a los tendidos del coso leonés todo lo contrario le sucedió a Paquirri, que tuvo la suerte esquiva y terminó siendo abroncado.

Abroncado porque la faena no fue del agrado del respetable y más aún porque no supo llevar al animal, el segundo de su suerte. Tal mal se puso la tarde para el diestro que un fallo en la suerte final terminó con los tendidos pitando de lo lindo al torero y aplaudiendo al animal.

Con esas se fue Paquirri, que deja en León un mal sabor de boca.

El Fandi

La jornada taurina tuvo su punto y final este sábado con una discreta actuación de El Fandi, al que de poco le sirvió el empeño para conseguir sacar lo mejor de un toro imposible.

El astado, lento, cansino y sin empuje se deshizo en las banderillas y el diestro poco o nada pudo hacer antes de terminar la faena.

Mal animal y poca faena para quien, además, pinchó en la entrada a la última suerte en dos ocasiones. Palmas.