Cae parte de un vierteaguas de la catedral de León

La Catedral de León está enferma, muy enferma en realidad. Es así desde hace décadas y de tarde en tarde deja ver que precisa atenciones más allá de las que viene recibiendo.

La alarma ha vuelto a saltar este martes, al perder uno de los verteaguas de la torre sur. Ha sido al mediodía y los cascotes han alcanzado la plaza de la Regla para sorpresa de las personas que en ese momento transitaban por la misma.

La caída de este elemento de la Pulchra Leonina desde 50 metros de altura, una de las grandes obras del estilo gótico, es la consecuencia de una mezcla explosiva del invierno leonés. "La humedad, el frío, las variaciones de la temperatura causan un daño tremendo", ha asegurado el administrador de la Catedral de León, Mario González.

«Es imposible conocer todos los puntos débiles»

De hecho es imposible alcanzar a conocer los puntos más debilitados en la estructura de la Catedral. "Es imposible conocer todos los puntos que pueden tener algún problema", se ha remarcado a pie de la Catedral de León.

En innumerables ocasiones la piedra, según ha relatado el administrador, presenta un buen aspecto general pero en su interior sufre daños imposibles de recuperar. "Por fuera da un aspecto muy bueno, lo miras, lo ves, crees que está bien y luego dentro tiene un cáncer", ha asegurado Mario González.

La caída del verteaguas ha provocado una gran presencia de leoneses en la zona, además de autoridades eclesiásticas y del alcalde de León, Emilio Gutiérrez.

Éste no ha ocultado su preocupación por la caída del vierteaguas y ha instado a mantenerse vigilantes ante la situación del monumento por los muchos achaques que éste sufra. Gutiérrez ha insistido en que "hay que cuidar" este monumento, referencia "de todos los leoneses".

Siete siglos y la piedra de Boñar

Los problemas de la catedral de León derivan del propio peso de siete largos siglos de historia pero principalmente tienen su origen en la piedra empleada en su construcción.

Entonces se utilizó piedra de Boñar, un material de buenas calidades estructurales, pero de poca durabilidad.

Se trata de piedra caliza que este martes y tras golpearse contra el suelo se fundía en las manos de autoridades eclesiásticas y locales, además de los muchos leoneses que acudieron a las inmediaciones del templo

La piedra de Boñar es alérgica a la contaminación, las variaciones de temperatura y la humedad, elementos comunes al día a día en la capital leonesa.

La Catedral pierde dos gárgolas

Fue en el 2007 cuando una la Catedral de León, una de las joyas arquitectónicas del país, perdió con menos de una semana de diferencia dos gárgolas medievales que hicieron saltar ya las alarmas del estado del edificio.

Un desprendimiento que provocó un gran movimiento reivindicativo en la sociedad leonesa, que realizó manifestaciones pidiendo a las instituciones encargadas más apoyo económico para la conservación del principal templo leonés.

Junta y Ayuntamiento se comprometieron entonces a actuar de urgencia y se procedió, tras la sustitución por dos réplicas de las dañadas, también a la revisión de la otra veintena de gárgolas que aún quedaban sujetas.