La Diputación de León comienza una nueva era con su tercer presidente en seis meses

Expectación, salón de plenos abarrotado y la sensación de un acto oficial laminado por el desgaste de los acontecimientos que a lo largo de las últimas semanas y meses se han vivido en la Diputación de León.

Con ese 'decorado' este viernes ha dado inicio el pleno que ha llevado a la Presidencia de la institución de Emilio Orejas en la apuesta de la Diputación por retomar la normalidad tras el crimen de Isabel Carrasco el pasado mes de mayo y la posterior imputación e ingreso en prisión de Marcos Martínez.

Y lo ha hecho con el voto favorable del PP y el 'no' rotundo, en forma de voto nulo, de PSOE, UPL y no adscritos en un salón de plenos abarrotado por el gran interés político y mediático que ha despertado la investidura de Orejas, la segunda que se sucede en menos de seis meses en el seno de la institución provincia.

Un acto de investidura que ha estado presidida por el recién elegido presidente del PP leonés, Eduardo Fernández, el alcalde de León, Emilio Gutiérrez, el subdelegado del Gobierno, Juan Carlos Suárez-Quiñonez, el senador Luis Senador y la diputada Arancha Miguélez así como una amplia representación de alcaldes populares y numerosos familiares de Emilio Orejas, entre ellos, su mujer e hijos.

En un abarrotado salón de plenos, pasadas las 11:00 horas se constituyó la mesa de edad, donde María de la Paz Díez, como diputada más veterana, y Cristina López, la más joven, han presidido la mesa de votación por la que, uno a uno, sus compañeros de partido y de los grupos de la oposición han pasadas.

Con 14 votos a favor y diez nulos y con un cerrado aplauso, Emilio Orejas ha sido elegido nuevo presidente de la Diputación de León que ha recibido la primera felicitación de su compañero de equipo de gobierno Jaime González. Posteriormente y ante una cruz, ha jurado su cargo con lealtad al Rey y la Constitución bajo una lluvia de flashes.

Consenso y polémica

Emilio Orejas llega como hombre de consenso avalado por sus compañeros de equipo y respaldado por el PP que buscaba políticos «limpios de polvo y paja» y que ha visto en él la persona más adecuado en el momento político en el que se ha visto implicado la Diputación de León.

Se trata a juicio del PP de la persona de «confianza» necesaria en estos momentos para pilotar un periodo de transición hasta las próximas elecciones municipales y cerrar la etapa más convulsa de la institución provincial tras el crimen el pasado 12 de mayo de la presidenta Isabel Carrasco y la posterior imputación de Marcos Martínez en el marco de la Operación Púnica contra la corrupción.

Sin embargo y pese a las esperanzas que el PP ha depositado en Orejas el escándalo también persigue a este diputado. Alcalde de Valdelugueros, el PSOE ya ha anunciado su voto en contra a su nombramiento como presidente por ser un «carrasquistas, heredero del franquismo y amigo de los chanchullos».

Los socialistas aseguran que su único mérito ha sido el de recibir el bastón de mando de manos de su padre nombrado alcalde en 1971 por el régimen franquista y denuncian el gasto recientemente de 6.000 euros de presupuesto público para restaurar un monumento franquista erigido en la Guerra Civil española.

A ello se suma el intento de Orejas de intentar manipular el censo electoral de su municipio en los últimos comicios, intentando, según denunciaron los socialistas, el empadronamiento «fraudulento» de 136 personas sobre un censo de 458 residentes. Todo ello, además de un incremento salarial como alcalde de la localidad que le ha llevado a duras críticas de la oposición.