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J. C. / A. C. / LEONOTICIAS.COM
Sábado, 1 de noviembre 2014, 14:42
A Marcos Martínez, aún presidente de la Diputación Provincial de León, se le ha caído el mundo encima. Su vida, la del presidente de una institución pública, no regresará nunca.
Adiós al coche oficial, al despacho con la puerta blindada, a la corbata y el traje, adiós a los actos oficiales, a las invitaciones por doquier, a las comidas en los mejores salones privados de la ciudad y a las cenas en actos multitudinarios.
El mundo de Marcos Martínez dio el pasado lunes un vuelco en toda regla. Tres agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) y la orden de un juez de la Audiencia Nacional le llevaron del blanco al negro en apenas unas horas. El móvil, ése que tanto sonaba, y la agenda, siempre llena de citas, son historia.
La nueva vida de Martínez, durante muchos meses, estará en el interior de los muros del Centro Penitenciario Madrid V, Soto del Real. «Una cárcel tranquila y cómoda tanto para los funcionarios como para los internos. Es un centro muy poco conflictivo y muy bien organziado, uno de los mejores de España», han asegurado este sábado fuentes sindicales.
Fue el pasado jueves cuando a última hora de la tarde Marcos Martínez era trasladado a este centro en un furgón de la Guardia Civil. La primera imagen que pudo ver Martínez fue la de una rampa que separa el exterior de la prisión del área de ingresos.
Angustia brutal
La sensación de angustia en este instante tuvo que ser brutal, porque quien llevaba cinco meses acostumbrado a ser el eje de una institución con 135 millones de euros de presupuesto ha pasado a ser un tipo común, uno más en una cárcel llena de acusados.
Las primeras horas de Marcos Martínez en Soto del Real serán, según recuerdan los representantes sindicales de funcionarios, «como las de cualquier otro interno». Normalmente un reo puede estar 24 o 48 horas en el módulo de ingresos, el primer área que pisó Marcos Martínez este jueves. Incluso «se pueden llegar a las 72 horas, peso eso depende de los informes y de la situación en la que se le vea al interno».
En el módulo de ingresos, Marcos Martínez fue visto por un médico. Posibles dolencias y tratamientos médicos anteriores que necesiten tener continuidad es lo que se trata en ese momento, al mismo tiempo que es sometido a una revisión general: alergias, tensión y examen rutinario.
A continuación, un trabajador social habría entrevistado al presidente de la Diputación de León y más tarde un educador le habría realizado algunas preguntas rutinarias. «Excepcionalmente se suma a estas entrevistas la de un abogado, pero no creo que en esta ocasión fuera así», reconoce el funcionario.
Ficha personal
En el módulo de ingresos se procede a elaborar la ficha, clave para determinar su clasificación final. Durante las 48 horas en ingresos (ampliables si se considera necesario y por la coincidencia en fin de semana), Martínez cuenta con una celda provisional.
Superado ese 'primer nivel' en el Centro Penitenciario Madrid V Soto del Real, quien hasta hace bien poco acudía con normalidad a su vivienda en el centro de León verá ahora cómo es destinado a la sección de preventivos y primarios (dos módulos de la prisión, I y IV, tienen este fin).
Es en esa área de la prisión en la que cumplen el dictamen judicial aquellos presos que aún no tienen sentencia firme, además de los que no han pasado nunca antes por la cárcel o los que no se encuentran implicados en lo que se consideran «delitos de especial gravedad» (delitos de sangre, terrorismo, o violencia de género).
En el módulo, Marcos Martínez contará con una media de 120 compañeros. Adiós a la cocina, el baño, el salón y el dormitorio de su vivienda. En la prisión Soto del Real el 'piso' es de diez metros cuadrados, el tamaño de una celda con ducha y baño, litera con dos camas, mesa de estudio, silla, una pequeña tele (que debe ser comprada en el interior del propio centro) y un armario que en realidad es un 'mueble de obra'.
A las 8:00, el despertador
¿Vivirá solo? Dependerá del informe elaborado por los responsables del centro porque en este módulo, uno de los más 'amables' con los internos, «hay de todo». «Lo normal es que por adaptación se le ponga un compañero, pero eso no está decidido de antemano», reconocen los funcionarios.
La vida de Marcos Martínez estará ahora muy 'minutada'. Y en eso sí que los funcionarios son estrictos. En Soto del Real la vida diaria comienza a las 8:00 horas. En ese instante y antes de abrirse la puerta se realiza el primer recuento de los internos, celda a celda, uno a uno.
A las 8:30 horas se abren las puertas y los internos acuden al desayuno. Café y galletas. A continuación, se dan cita en las zonas comunes o en el patio independiente de este módulo.
¿Actividades? Desde luego que sí, desde yoga hasta clase de idiomas, pero siempre bajo autorización de la dirección del centro y con informe favorable de los educadores. También hay gimnasio con zona de musculación, canchas de balonmano y la piscina, que ya ha sido cerrada ya que sólo funciona en el verano.
La hora de la comida
En Soto del Real la vida es «muy tranquila», porque nunca hay grandes sobresaltos y los internos viven «bajo un buen nivel de control». Las actividades del mediodía finalizan sobre las 13:00 horas y media hora después los propios internos se sirven la comida: potaje, arroz, legumbres, carne, pescado, fruta fresca... depende de los días y de la programación. Hay dieta especial para quien la precise por razones médicas.
La comida finaliza con café para proceder a continuación a la limpieza del módulo, ingreso en celda y nuevo recuento de internos. Después, siesta.
Las puertas de estos módulos no volverán a abrirse hasta las 16:30, donde comienza el tiempo libre de tarde que se extiende hasta las 19:30. En soto del Real se hace un nuevo recuento en el patio. Después de la cena, a las 20:30 horas se procede al cierre de celdas y limpieza del módulo.
Hasta el día siguiente la radio, la tele, la lectura, y las conversaciones con su compañero de celda serán su mejor compañía.
80 euros a la semana
Más allá de su vida diaria, Marcos Martínez notará en primera persona un giro radical. Como presidente de la Diputación Martínez ingresaba 5.700 euros brutos al mes, una cantidad que perderá en el momento que sea relegado del cargo. Ahora, tendrá en el bolsillo 80 euros al mes, los que su familia ingresará en la tarjeta de peculio y que podrá gastar en el economato de la prisión (hay uno por módulo con artículos considerados de primera necesidad).
Además, dispondrá de un tope de diez llamadas de teléfono al mes y podrá recibir la visita de sus familiares todos los sábados, visitas que se realizarán por periodos de 40 minutos, y en las que se verá físicamente separado del cristal por un cristal. Con su familia hablará por un telefonillo.
El presidente de la Diputación también además de esas comunicaciones tiene derecho a dos 'vis-à-vis' cada cuatro semanas de dos horas de duración. El 'vis-à-vis' (término francés acomodado a las expresiones carcelarias españolas) incluye un encuentro personal con su mujer y un encuentro familiar con hasta cuatro familiares en una sala.
La vida, en todo caso, es y será durante muchos meses bien distinta para quien hasta hace bien poco pisaba la planta noble del Palacio de los Guzmanes.
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