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Nadie pone en duda que este año 2020 este siendo un año complicado. La salud se ha colocado como prioridad número uno en el ranking de los deseos. Así que, aunque es cierto que llevar una buena alimentación no es una vacuna contra nada en lo que sí ayuda es en combatir de manera más eficiente las enfermedades. Si estás ansioso por comenzar el 2021 y descubrir lo que nos depara el nuevo año, te recomendamos que inviertas en salud. Fíjate un objetivo saludable e intenta conseguirlo y que no quede simplemente en un lista de papel escrito o en tu mapa mental. Para ayudarte te damos algunas claves para conseguirlo.
Reducir azúcares, comer grasas de mejor calidad, desayunar más sano, incluir fruta en tus comidas, aumentar la ingesta de alimentos vegetales…. ¿tienes ya tu plan de mejora nutricional para 2021 en marcha? ¡Saca boli y papel ¡y analiza tus hábitos alimentarios. Busca aquellos puntos que puedes mejorar o desempolva tu lista de mejoras pendientes y ponte manos a la obra. ¿Por dónde empezar? Por objetivos fáciles y asumibles en tu día a día. Nosotros te proponemos cinco por si te sirve de ayuda:
1. Empieza el día comiendo fruta. Proponte mejorar tus desayunos. Elimina azúcares y grasas de mala calidad. Los puedes sustituir por fruta y alimentos saciantes como cereales integrales (avena), lácteos (yogur o queso), proteínas (huevo o salmón ahumado) y grasas de las buenas (crema de cacahuete o aguacate).
2. Suma más verdura a tu dieta. Si lo tuyo no son las verduras, paciencia, puedes ir introduciéndolas en tu dieta poco a poco. Por ejemplo, fija dos días a la semana e incorpora a tus platos las verduras que más te agraden en tus menús. Una vez que hayas conseguido este hábito vete aumentado los días y recetas en las que uses vegetales. Y recuerda que para comer vegetales no es necesario ser vegano, es posible combinar alimentos vegetales y animales y conseguir platos sanos y de lo más apetecibles.
3. Incluye más alimentos integrales. Pan blanco e integral, arroz y arroz integral, pasta integral con recetas de toda la vida, avena cocida para desayunar, bizcochos elaborados con harina integral. Incluir más alimentos integrales en tu dieta, es una cuestión de aprender a combinar alimentos refinados con aquellos que mantienen su grano entero.
4. Reduce la ingesta de azúcares añadidos. Son una trampa para nuestro cerebro. Y es que comer alimentos azucarados es una forma de recompensa emocional a corto plazo muy difícil de combatir, pero no imposible. Así que, si eres de los que después de comer o cenar necesita comer algo dulce para obtener su pequeño momento de placer, elige una sola comida en la que te darás el capricho e intenta no comer estos alimentos a todas horas. Por ejemplo, si te gusta el chocolate, fíjate como objetivo comerte una o dos onzas en la comida y no probar más dulces en todo el día. Hacerlo te ayuda controlar la ingesta y ¡sentirte bien contigo mismo!
5. Practica ejercicio físico y relaja la mente. Cuidar el cuerpo va unido de mimar la mente y ser más amables con nosotros mismos. Por eso acompañar tus mejoras nutricionales con la práctica regular de ejercicio y la meditación para combatir el estrés son dos herramientas de lo más rentables para mejorar tu bienestar. Busca un calendario y fija los días que harás deporte y los que harás meditación y vete tachando tus objetivos ¡una vez que los haya cumplido!
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