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juan carlos barrena
Corresponsal en Berlín
Viernes, 19 de marzo 2021, 12:40
El grupo parlamentario de la Unión de cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU) sufrió hoy una nueva baja en el escándalo de corrupción y enriquecimiento personal que sufren los conservadores alemanes con el abandono de su escaño y el cese en su filiación política de ... Tobías Zech. Se trata del cuarto diputado de esa formación que renuncia en el plazo de diez días. Miembro hasta ahora de la Unión Socialcristiana, Zech, de 39 años, se ha visto obligado a concluir su carrera política debido a su estrecha relación con un corrupto político de la República de Macedonia del Norte al que ayudó en su campaña electoral. Zech señaló que renunciaba a su escaño y abandonaba su militancia en la CSU por una posible «colisión de intereses». El secretario general de la CSU, Markus Blume, confirmó ese paso y subrayó que «se trata del único correcto posible». En un mensaje por SMS a los que hasta ahora eran sus compañeros de grupo en el Bundestag, el parlamento federal, Zech comentó que cesaba voluntariamente «para proteger a mi familia y evitar daños a mi partido por posibles condenas anticipadas».
Anteriormente había renunciado como diputado y entregado su carné cristianodemócrata Mark Hauptmann por su polémica relación con el régimen autoritario de Azerbaiyán. Otros dos políticos conservadores se habían visto obligados además a cesar en su militancia política y abandonar el grupo parlamentario de la Unión en el Bundestag tras descubrirse que habían cobrado jugosas comisiones por mediar en la compra por parte de instituciones públicas de mascarillas y otro material médico en medio de la crisis del coronavirus. Nikolas Löbel de la CDU confesó públicamente que había ingresado 250.000 euros de comisión por facilitar una compra de mascarillas. El socialcristiano Georg Nüsslein es investigado por la fiscalía como sospechoso de prevaricación y de haberse embolsado 650.000 euros en una operación similar. Aunque esos negocios pudieran ser perfectamente legales, la dirección de los cristianodemócratas y socialcristianos bávaros considera absolutamente inmoral enriquecerse con negocios relacionados con la crisis del coronavirus
En apuros se encuentra también el diputado regional de la CSU y exministro de Justicia de Baviera Alfred Sauter, que es investigado por la fiscalía general por un caso de corrupción. El veterano político de 70 años niega todas las acusaciones, pero es sospechoso de cobrar una comisión de 1,2 millones de euros por su labor como asesor legal en una operación para el suministro de mascarillas al ministerio de Sanidad de Baviera. Todos estos casos han conducido a un apreciable bajón de popularidad del partido que lidera la gran coalición con los socialdemócratas en el gobierno de Berlín, cuando faltan solo seis meses para las elecciones generales en Alemania y en un momento en el que los conservadores deben elegir aún quien será su candidato para liderar la campaña electoral y tratar de suceder en el poder a la canciller federal, Angela Merkel, que abandonará en otoño sus cargos tras 16 años ininterrumpidos al frente del gobierno germano.
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