Dimite el secretario de Estado de Transporte británico por el 'Brexit' de May

«La primera opción es la que el Gobierno propone», escribe en un artículo publicado en Medium, «un acuerdo que debilitará la economía de nuestro país. La segunda es un 'Brexit' sin acuerdo, que como secretario de Estado de Transportes sé que causará un daño incontable a nuestra nación. Presentarle a la nación una elección entre dos resultados tan carentes de atractivo, vasallaje o caos, es un fracaso de la política del Estado británico de una escala no vista desde la crisis de Suez».

La dimisión de Johnson llega en un fin de semana frenético para la primera ministra, que mantendrá entrevistas bilaterales con los miembros de su Gabinete para convencerlos de que deben apoyar su intento de resolver la exigencia de Bruselas de que el no haya controles más extensos en la frontera de Irlanda mediante la promesa de que Reino Unido permanezca temporalmente en la unión aduanera.

La cuenta atrás del 'Brexit' se concentra en el mismo asunto desde hace casi un año. Londres y Bruselas están de acuerdo en mantener la cooperación en materia de seguridad y Defensa que permita la continuidad del intercambio de datos para perseguir la delincuencia y el terrorismo o la coordinación de las acciones diplomáticas relacionadas con los riesgos internacionales, pero no es suficiente.

A la propuesta de May, que ha logrado que Bruselas acepte la permanencia en la unión aduanera de todo Reino Unido después de los dos años de transición, los negociadores de la Comisión responden que los gobiernos británicos no pueden tener la libertad de retirarse de esa unidad comercial sin garantizar desde la uniformidad de regulaciones en toda la isla de Irlanda que evite controles fronterizos adicionales.

May ha escrito a la ministra principal de Irlanda del Norte, la unionista Arlene Foster, que se siente traicionada por sus cesiones. La aritmética parlamentaria es, sin los unionistas, muy compleja para que la líder conservadora logre la aprobación de su plan cuando le añada la última cesión. Y Jo Johnson, como su hermano, dice que todo esto ya no tiene ningún sentido.

Boris, dicen sus amigos a la prensa, cree que ya no será primer ministro. Su oportunismo y sus florilegios verbales le han quitado crédito y le han deparado enemistades. El secretario de Estado para Europa, Alan Duncan, prometió que se dedicaría a evitar que Boris, su viejo amigo, sea líder, tras uno de sus últimos artículos. La hermana Rachel se ha quejado de que el 'Mail on Suday' la echó como columnista por ser insistente partidaria de dar marcha atrás y permanecer en la UE.

La serie 'Los Johnson' está por llegar. El padre, Stanley, hizo campaña por la permanencia. Aceptó la victoria del 'Brexit' deportivamente y hasta este viernes defendía a Boris. ¿Respaldará ahora a Jo? El hermano discreto fue cerebro de ideas en la oficina de David Cameron. No es un párrafo lucido en su currículum. Pero ha sobrevivido en la segunda fila de diversos gobiernos con una personalidad muy distinta a la de su hermano.

Su estampida deja a May desprotegida por el flanco de los escépticos 'tories' sobre el 'Brexit'. El argumento de Johnson- este 'Brexit' no tiene sentido- es ampliamente compartido. Jo apoyó a la primera ministra para lograr una marcha de la UE «que uniera a la nación, al partido, y sí, también a mi familia». Quiere ahora dividirlas de nuevo con una segunda consulta. Que solo puede llegar tras una derrota de May en el Parlamento por la alianza de facciones enfrentadas.