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salvador arroyo
Corresponsal. Bruselas
Miércoles, 23 de enero 2019, 02:34
Ante la evidencia, claridad. Y el hartazgo del 'Brexit' obliga a ello. Después de que Bruselas ignorase el mismo lunes la iniciativa que Theresa May había presentado a los parlamentarios británicos en Westminster, eludiendo cualquier pronunciamiento oficial, ayer la Comisión Europea lanzó una especie de ' ... basta ya'. Sin palabras gruesas, pero contundente, se planteó que «si no hay acuerdo, es obvio que en Irlanda habría una frontera dura», dijo Margaritis Schinas, portavoz jefe de Jean-Claude Juncker.
El compromiso que la Unión Europea tiene con los Acuerdos de Viernes Santo, que pusieron fin en 1998 a tres décadas de conflicto civil en la provincia británica, no cambia. Continúa siendo firme. Pero «inevitablemente hay que considerar» la situación de riesgo que se produciría con un divorcio traumático ante un escenario que nadie en la UE quiere y que, de hecho, se ha convertido en su principal bandera ante Londres. Levantar una frontera dinamitaría el proceso de paz y dificultaría la cooperación transfronteriza.
Hasta ayer ese 'blanco y en botella' no se había llegado a verbalizar con tal transparencia públicamente. Desde el Ejecutivo comunitario siempre se ha dado portazo a las especulaciones. Pero el vacío 'plan b' de May elevó un grado el nivel de agotamiento. No se detecta ningún gesto en el 10 de Downing Street que garantice el desbloqueo.
Schinas, cuestionado sobre el anuncio de May (que pretende seguir negociando en casa y con Bruselas la controvertida salvaguarda irlandesa), comenzó leyendo: «Estamos siguiendo muy de cerca el desarrollo del debate en el Parlamento británico. Pedimos a Reino Unido que aclare sus intenciones tan pronto como sea posible. En este punto no hay nada que decir desde Bruselas porque no hay nada nuevo desde Londres».
Y lo «único» inédito que May incorporó al tablero se queda pequeño. El compromiso de eliminar la tasa de 75 euros para los comunitarios que soliciten la condición de 'asentado' es «bienvenido» y será «valorado por los 27» (ante una posible reciprocidad). Pero teniendo en cuenta la incertidumbre que genera el presente del 'Brexit' «no aporta el tipo de aclaración de intenciones que estamos esperando». Schinas confesó estar viviendo un 'déjà vu'. «Y creo que no soy el único».
La propuesta lanzada por el ministro de Exteriores polaco, Jacek Czaputowicza, de poner fecha de caducidad al 'backstop' (5 años) no forma parte de la negociación de la UE, remarcó. El Acuerdo de Salida es el pactado por los 27 con Reino Unido, el mejor y el único posible, no está abierto a negociaciones y Bruselas espera que desde el otro lado del Canal de la Mancha se concrete lo que se quiere. El mismo mantra que se repite desde hace más de una semana lo volvió a recitar ayer el portavoz de la Comisión. «Necesitamos saber lo que Londres quiere, lo que realmente, realmente quiere», ironizó recuperando la letra del 'Wannabe' de las Spice Girls, ya saben el 'what you want, what you really, really want'.
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