Ucrania: Si quieres la paz, intensifica la guerra

La guerra en Ucrania, que camina inexorable hacia su tercer aniversario en febrero de 2025, se ha convertido a final de año en un conflicto de misiles de largo alcance. La deriva a una guerra nuclear estremece a todo el mundo, después de las amenazas de Putin con su nuevo misil 'Oreshnik, del que el Kremlin asegura que no existe nada análogo «ni aparecerá pronto». El castigo ruso a Kiev por utilizar cohetes fabricados en Occidente contra el interior de su país consiste en bombardear los «principales centros de toma de decisiones» en la capital ucraniana, en una espiral bélica muy peligrosa para la paz mundial.

Los contendientes se preparan así para el cambio de rumbo del conflicto, que podría producirse a partir del próximo día 20 de enero con la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. El magnate, con buenos lazos con el mandatario ruso Vladímir Putin y con una desigual relación con el ucraniano Zelensky, a quien Biden autorizó a utilizar a mediados de noviembre sus cohetes ATACMS, anunció al ganar las elecciones a la Casa Blanca que conseguiría terminar con el conflicto en un abrir y cerrar de ojos.

Y así la eventual mesa de negociación, quizá más larga de lo que vaticina Trump, rusos y ucranianos quieren llegar en las mejores condiciones, con la exhibición de logros bélicos que apuntalen sus argumentos.

Pero mientras eso se produce, si es que ocurre, la guerra, como todas, se muestra cruel, especialmente con la población civil. El territorio en el corazón de Europa en el que se desarrolla, al este de Ucrania, es un gran cementerio, en el que yacen miles de personas, entre ellas 31.000 soldados ucranianos muertos, en los dos primeros años de guerra.

La esperanza para los ucranianos, paradojas de la política internacional, es la mediación de Trump y esa negociación que se produciría a las puertas del tercer aniversario de la invasión rusa de Ucrania.

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